Diario de viaje Kota Kinabalu
Viajando sola por Malasia
Viajar sola tiene muchas ventajas; una de ellas es la cantidad de gente que conoces viajando sola, y que en caso contrario no conocerías. Seguramente no os lo creeréis, pero así es: cuando viajas con amigos o amigas no estás tan receptiva a conocer gente, digamos que el capítulo dedicado a charlar a diario lo tienes cubierto.
Mi paso por Kota Kibalalu, en el Borneo, me dejo muy buen sabor de boca en el apartado nuevas amistades.
Dormir en un hostel: nuevas amigas.
Siempre que quiero conocer gente el primer paso es la reserva de una noche en un hostel. En el caso de Kota Kinabalu me tocaría sola en una super habitación de 10 camas. El primer día dormiría sola, pero el segundo ya empezaría a llegar gente; el finde se aproximaba y mucha gente aprovechaba las playas del Borneo.
Ely es argentina, pero lleva ya un tiempo viviendo en Nueva Zelanda. Me cuenta que su trabajo está ubicado en una isla remota; hasta allí llegan los cruceros con turistas ávidos de conocer aquella remota parte del mundo. El trabajo de Ely es hacerles una foto cuando ponen un pie en la isla. Luego les ofrecen las fotos para que las compren. En la pequena isla se trabaja 6 meses, los otros 6 una vuelve a su casa o se dedica a viajar, como hace mi nueva amiga argentina. Su objetivo es ahorrar el máximo posible para poder comprar algún apartamento en algún lugar. Al mismo tiempo viajar y conocer mundo.
Estaba claro que la conversación no iba a terminar aquí, sino que terminaríamos cenando juntas; unas cervezas, un coctel malayo, y volveríamos al hostel más felices de lo que salimos.
Por supuesto, Ely ya forma parte de mis amigos de facebook; que persona mas estupenda y que suerte conocer a gente asi de valiente y decidida para todo.
Islas de película en el Borneo malayo: Manukin y Sipa
Manukin y Sipa, dos islas cercanas a Kota Kinabalu, son las típicas que aparecen en las postales o en los reportajes y donde siempre decimos «hay que ir». Al zarpar conocí a una pareja, Sylvia y Philippo, italianos, con los que compré el billete y pasé prácticamente todo el día.
Tener la suerte de visitar una isla como estas y nadar rodeada de peces de colores es una auténtica primicia.
Solo el final fue un poco accidentado, y es que a punto de zarpar de vuelta un temporal nos hizo mojarnos casi más en el barco de lo que ya nos habíamos mojado nadando en las playas. A pesar de todo, vale la pena visitar estos maravillosos lugares que el planeta Mundo todavía conserva…
Leave a reply