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Curiosidades y peculiaridades de Islandia

¿Qué te vas a encontrar en la Isla de Hielo y Fuego?

 

A veces me sigue sorprendiendo cómo en una parte del mundo tan pequeña en tamaño como Europa podemos encontrar tantas peculiaridades y diferencias de un lugar a otro. Imagínate si hablamos de una remota isla que hace poco muchos no sabían ni situar en el mapa. Así, la llamada isla de hielo tiene algunas características que influyen en el carácter de sus habitantes, y que te harán tener todavía mayor interés en conocer estos lares… vamos allá…

 

Cascada Gulfoss en invierno
Cascada Gulfoss en invierno

 

 

1. Althing es el Parlamento más antiguo de Europa.

Corría el año 930 cuando los vikingos noruegos se establecían en estas tierras del norte. Fue entonces cuando la región de Thinguellir, al sur del país, fue elegida como sede del parlamento islandés. Aunque la asamblea fue suspendida en el 1799, en el 1844 se restauró de nuevo, y los islandeses volvieron a tomar sus propias decisiones en Althing.

EL parlamento islandés se reunía durante dos semanas cada verano en Thinguellir. Allí acudían los jefes de los poblados de toda la isla. Este punto del mapa, donde las placas tectónicas de Euroasia y Norte América convergen al este del país, era el lugar donde se aprobaban leyes y administraba justicia. Allí asistían todos los ciudadanos que así lo deseaban, y eran muchos, ya que las condiciones meteorológicas del pasado eran mucho más duras que en la actualidad, y Althing era el lugar donde se conocía qué estaba pasando en el resto del país, y donde también se buscaba pareja, algo bastante difícil en una isla de tan solo 340.000 en la actualidad (en el pasado muchísimos menos).

Hoy en día Althing es considerada la asamblea más antigua de nuestro continente, y una de las más antiguas a nivel mundial.

 

Pueblos de Islandia

 

2. ¿Conoces a Leif Eriksson? Cristobal Colón sí que lo conoció..

¿Sabías que los vikingos fueron los primeros en explorar las tierras del norte de América? Pues parece ser que Colón si que lo sabía, así que en el 1477 se marchó hasta estos lares para recabar más información… Por eso algunos no consideran al colonizador como el primero en descubrir América…

 

Islandia, hasta aquí llegó Cristóbal Colón en el pasado…

 

3. A los islandeses les encantan las aguas termales…

Es algo que vas a ver en cuanto llegues a Islandia; vayas donde vayas vas a encontrar una Hotpot que llaman ellos, donde sumergirte en agua a 30 grados a la intemperie. Pensarás que están locos, sobre todo si está nevando o estás a menos tantos grados. Te voy a dar un consejo: donde fueres haz lo que vieres… Es una experiencia que no olvidarás. Especialmente recomendable The blue lagoon, a las afueras de Reykavik…

 

Blue Lagoon, Islandia

 

 

Blue lagoon, Islandia

 

 

4. Los libros y los islandeses… una simbiosis.

¿Sabías que 1 de cada 10 islandeses escribe al menos un libro en su vida? Y es que Islandia es el  país que mayor número de libros publica cada año; aquí la gente lee y mucho, y eso se nota en su educación y el modo de cuidar las cosas. Bravo por ellos!

 

Días como éstos animan a quedarse en casa y leer algún libro… o escribirlo….

 

5. La televisión y el día off.

La televisión irrumpió en la isla de hielo en los años sesenta para todo el mundo, pero hasta el 1987 los isleños no tuvieron ningún programa en su cartelera durante los jueves; ¿la razón? el gobierno decidió que ese día no se programara nada para favorecer la interacción entre personas.

 

Reykavik al anochecer…

 

6. Alcohol si… cerveza no.

Corrían los inicios del siglo XX y la prohibición del alcohol era la tónica alrededor del mundo. Islandia no fue menos. Con el paso de los años, la ley se fue suavizando, y ya en el 1935 todo el alcohol estaba permitido, excepto la cerveza,  a la que consideraban con demasiada graduación. Solamente en el 1989 se volvió a legalizar su consumo, el 1 de marzo, que ha sido declarado el día de la cerveza. Se dice también que la cerveza más pura está en Islandia, por la calidad de sus aguas.

 

Disfrutando de la hora feliz en el bar del hotel, una tarde cualquiera…

 

 

7. Islandia es uno de los países menos poblados del mundo.

La historia de la isla no ha hecho que sea precisamente el lugar preferido por muchos para vivir. Además, su historia de volcanes en erupción y desastres naturales también diezmaron mucho a su población durante siglos. A pesar de que su clima no es tan malo como se piensa (sus temperaturas no son muy diferentes de las de lugares como Londres o Nueva York), sigue habiendo poca emigración hacia estos lares, y sus habitantes tienen mucha isla para repartir.

 

En las costas de Reykavik
Costas de Islandia

 

8. Caballos, caballos, caballos…

Nuestra guía durante el viaje no paraba de hablarnos de los caballos. Aunque no entendía el por qué de tanta insistencia, al volver y documentarme me di cuenta de que al menos tenía que haberles fotografiado; parece ser que hace más de mil años que alguno de los colonizadores decidió llevar caballos a estas tierras, y desde entonces permanecen allí. Pero no solamente eso, sino que la raza se ha considerado pura, teniendo casi 90.000 caballos en toda la isla, y siendo un poco más pequeños que los europeos.

 

Islandia en invierno

 

9. Las balas rosa de paja.

Cuando circulas por la carretera te encuentras balas de paja de color rosa; ¿Cuál es la razón? el apoyo al cáncer de mama.

 

 

 

10. ¿Os acordáis del volcán Eyjafjallajökull? Pues no es el único que tiene la isla: existen 200 volcanes.

Corría el año 2010 y estábamos en plena Semana Santa en nuestras tierras. Fue entonces cuando el volcán Eyjafjallajökull, cuyo nombre no hay quien lo pronuncie, decidió que ya era hora de dar un susto… el susto nos lo dió a todos los que volábamos en esos días por Europa, con más de 100.000 vuelos cancelados. Eso sí, no hay quien pase por la carretera del volcán y no pare a fotografiarlo. De todos modos, no os confiéis, hay todavía 199 volcanes en activo…

 

Volcán Eyjafjallajökull
Volcán Eyjafjallajökull

 

Rose

Cuando empecé a viajar, hacía ya mucho tiempo que quería hacerlo, pero no sabía cómo ni cuándo. Solamente un pequeño empujón hacia Laos, y mi destino estaba claro: mi vida era viajar… con el tiempo, me he dado cuenta de nada te aporta tanto, te enseña tanta humanidad y te otorga tanta comprensión, como el viajar. Cada viaje te acerca a una cultura y personas distintas, pero que al final, son tan humanos como tú. Los viajes son una lección de vida, así que cuando empieces, no volverás a ser la misma persona, no lo olvides…

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