Santa Sofia en Estambul
Lugares imperdibles en Estambul, Turquía
Existen lugares en el mundo que atraen multitudes; lugares históricos que mueven a los viajeros hacia ellos, provocando que muchas veces una iglesia, un monasterio, un simple museo, hace que visitemos un país entero. Uno de los ejemplos es Hagia, la basílica cristiana ortodoxa ubicada en Estambul que ha pasado por ser museo, y ahora mezquita desde hace poco.
Vista a Santa Sofía en Estambul
Historia de la basílica Santa Sofia
Nos tenemos que remontar al 26 de diciembre del año 537, fecha en la que se inaguraba Hagia Sofia, el lugar de culto más grande de la época. El lugar que ahora ocupa Hagia Sofia había estado ocupado desde el año 325, cuando el Emperador Constantino había extendido el cristianismo hacia oriente y Estambul pasaba a ser la capital del Imperio Romano.
Un terremoto años después hacía que se tuviese que restaurar en el año 360; Megale Ekklesia, o “La gran iglesia”, que era como se llamaba en aquellos tiempos, fue testigo de muchas luchas y rebeliones en la ciudad otomana durante el período bizantino, hasta que un gran incendio casi la destruyó por completo.
La iglesia de Santa Sofia en Estambul
Hagia Sophia fue una iglesia cristiana durante 916 años; ninguna iglesia en el Imperio Romano de este superó sus dimensiones: en ella se coronaron emperadores durante sus años de uso, hasta que la conquista del Imperio Otomano de mano de Fatih Sultan Mehmed trajo nuevos tiempos al edificio, allá por el 1453.
El Imperio Otomano y el paso de Hagia Sofía a mezquita
Llegado el Imperio Otomano, Santa Sofia pasó a convertirse en una mezquita; durante 482 años recibió los rezos y las oraciones de sus feligreses. A pesar de haber sido cristiana, la antigua iglesia siempre tuvo un valor especial para sus gentes, que la consideraban un símbolo de su conquista, un lugar de gran poder y que merecía ser defendido a toda costa.
La llegada de la República de Turquía y del personaje más querido por los turcos, Ataturk, quiso que se restaurase a partir del 1930, para convertirse en museo cinco años después. La Unesco declaró Ayasofia Patrimonio de la Humanidad en el año 1985.
Visita al interior de la basílica de Santa Sofia
Entrar en Santa Sofía es pasar a un mundo donde las religiones y su historia se funden y entremezclan en una perfecta armonía, creando un resultado único. No en vano, Hagia Sophia, o la Sagrada Sabiduría, como es denominada en griego, está considerada la octava maravilla del mundo.
La puerta de entrada o puerta Imperial nos dará paso al edificio; esta puerta estaba destinada solo para el paso de los emperadores, ahora es la puerta general de entrada. Sobre ella podemos ver el primer mosaico, donde un Cristo Pantocrátor domina la escena, teniendo a sus pies al emperador de turno. El mosaico es del siglo IX.
Estos mosaicos se encontraban cubiertos y la reforma de Ataturk los puso de nuevo a la vista.
La cúpula de Hagia Sofía
Llegamos al interior de Hagia Sofia y chocamos con uno de los elementos más representativos: la cúpula; sostenida a 55 metros sobre el nivel del suelo, y con una amplitud de 33 metros, la cúpula de Hagia Sofia es impresionante; la cúpula es uno de los elementos más estudiados también en arquitectura, al haber sido construida sin tambor; el peso de ésta lo sostienen cuatro arcos reforzados con contrafuertes, y las cuatro pechinas con cuarenta nervios. Lo que hicieron sus arquitectos, Tralles y Mileto fue aplicar la geometría a la materia sólida, algo nuevo en aquellos tiempos. La llegada de los otomanos le añadiría minaretes y contrafuertes, pero conservaría lo esencial.
En las paredes del interior veremos cuatro medallones donde leemos los nombres de Allah y Mohammed. También nos llamarán la atención las escaleras que llevan a la parte superior; se supone que las estancias superiores eran destinadas a las mujeres musulmanas, ya que en el Islam hombres y mujeres no rezan juntos, y ellas rezaban arriba.
Visita a la basílica de Santa Sofía: parte superior
Otro lugar para visitar en Santa Sofia es la galería en la parte superior, utilizada como lugar de reunión. Las puertas de mármol que separan las áreas de este corredor son llamadas las puertas del Cielo e Infierno.
El paso por ellas nos llevará a los mosaicos más famosos de la antigua basílica, los mosaicos de Deësis, que muestran un Cristo triunfante acompañado de Juan el Bautista y de su madre la Virgen María.
Otros mosaicos que no podemos perdernos son los de Constantino el Grande mostrando la ciudad de Constantinopla a la Virgen Maria, o el del Emperador Justiniano en la construcción de la basílica.
De nuevo en la parte inferior del edificio, el púlpito y el primer minarete de la iglesia-museo-mezquita; todo ello data de los tiempos de Mehmed; también la madrassa fue obra del sultán. Cerca nos encontraremos con un minarete de mármol blanco, construido en los tiempos del sultán Beyazit II. El Sultán Suleiman el Magnifico añadiría en su mandado dos lámparas que en la actualidad presiden el interior. Las lámparas las traería el sultán desde Hungría
Con los años, las estructuras exteriores se irían reforzando, para evitar que otros terremotos dañaran la fachada, arcos de descarga en las paredes y nuevos materiales complementarían Santa Sofía, hasta conseguir el aspecto que encontramos en la actualidad.
De dónde viene el nombre de Aya Sofya o Hagia Sophia
Ayasofya es la denominación de la basilica-mezquita-museo en turco; en griego sería Hagia Sophia; Sancta Sophia en latín.
El museo de Santa Sofía pasa a ser mezquita
Muchos nos sorprendemos ante el nuevo decreto que convierte el museo en una mezquita desde el 10 de julio de este año, pero debemos saber que no es algo nuevo; ya en el año 2016 una parte del museo fue abierta para el culto (El pabellón Hunkar)
No nos olvidemos de mostrar respeto a la entrada de este lugar; el paso está permitido a todo el mundo, aunque las mujeres deben cubrir su cabeza. El que ahora sea mezquita significa que los viernes hay partes cerradas al público. La entrada a la actual mezquita es libre, aunque es aconsejable que busques y contrates algún tour, si quieres una explicación más detallada de esta maravilla.
A pesar de que se pueden hacer fotos, no hay que hacerlas de la gente que está rezando, como muestra de respeto.
Qué visitar alrededor de Santa Sofía
Si visitas Ayasofia no puedes perderte el resto de los edificios que la rodean, y que son fácilmente visitables el mismo día:
- El Palacio de Topkapi o la residencia de los antiguos sultanes otomanos;
- La mezquita Azul,
- La basílica de la cisterna, que quedan justo enfrente de Ayasofia
Se puede ver todo en el mismo día, ya que se encuentra muy cerca. Más información para organizar tu viaje pinchando aquí
Para terminar el día te aconsejo que vayas a cenar al restaurante Omar. Una vez allí te ofrecerán sentarte en la terraza, no lo hagas. Pide subir al último piso (al tercero)
Si subes al último piso os vais a encontrar una sala llena de lámparas de colores, desde donde es posible ver tanto Santa Sofia como la Mezquita Azul. Es curioso cuando hacen el rezo de la oración y lo escuchas desde aquí: parece una competición entre ambas.
La comida del restaurante es aceptable, no es lo más representativo de Turquía, pero el lugar merece la pena. La atención del personal es buena y el precio está muy bien, especialmente si tenemos en cuenta que estamos en pleno barrio turístico y frente a estas maravillas.
Viajar a Estambul: a todo el mundo engancha esta ciudad
No sé que tiene Estambul que a todo el mundo engancha, todavía no he conocido a alguien que me haya dicho que no le ha gustado esta ciudad. Si necesitabas un motivo para visitarla aquí tienes uno, pero no dejes de visitar el resto; Estambul es su parte turística, pero también la auténtica; sus barrios, sus gentes, aquellos lugares donde los turcos se reúnen para charlar, siempre pausadamente, porque así son ellos.
Insallah, podamos volver pronto Estambul, gürüsürüz!
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