Mi viaje a Marruecos en Nochevieja
Itinerario para viajar en Nochevieja a Marruecos
Parece que fue ayer cuando nos reuníamos con el resto de gente para iniciar nuestro viaje a Marruecos. Hacía ya muchos años que quería dar la entrada al Año Nuevo en este país, tan cercano geográficamente, y tan lejano en cuanto a cultura y costumbres.
Durante mucho tiempo había insistido a amigos y conocidos que me acompañasen, sin resultado alguno. Finalmente, mis ganas de dar la entrada a otro año en estas tierras fueron menguando hasta desaparecer, y solamente ha sido este año cuando mi sueño se ha hecho realidad.
Viajar a Marrakech desde Valencia
No era esta mi primera toma de contacto con el país africano; corría el año 2011 cuando volamos con un vuelo low cost desde Valencia a Marrakech, para sufrir durante 4 días un intenso calor (50 grados), solamente mitigado por un día en Essaouira, la pequeña ciudad costera que me enamoró aquella vez, y me ha vuelto a enamorar en este viaje. Aquella vez el país marroquí no me cautivó, y ha sido necesario volver y darle otra oportunidad para darme cuenta de lo mucho que merece pasarse por Marruecos y tomarse unas vacaciones.
Nuestro recorrido por Marruecos en Nochevieja
Marrakech – Alto Atlas – Kasbah de Ait Ben Haddou – Ouarzazate- Gargantas del Todra- Desierto de Merzouga- Rissani- Marrakech- Essaouira
Descripción de los lugares visitados en nuestra nochevieja por Marruecos
La Kasbah de AirBen Hadoou en Marruecos
Un sitio espectacular. Las kasbahs son espacios fortificados de orígen bereber. En estos lugares los bereberes se protegían del frío y las tormentas de arena, pero también de ataques de otras tribus o enemigos. Construídas de ladrillos de adobe, se encuentran dispersas por Marruecos, siendo parte de la arquitectura tradicional marroquí. una de las más bonitas es la de Ait Ben Haddou, cerca de Ourzazate. Situada a la ladera de una montaña, en posición estratégica, nos da una idea de la función defensiva para la que fue construida. Ait Ben Haddou es una de las kasbahs mejor conservadas que podemos encontrar, y ya en 1953 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Allí se han rodado varias películas, como Gladiator, Lawrence de Arabia, La momia, Jesús de Nazaret, La joya del Nilo o Alejandro Magno.
Es un lugar que sin duda merece el viaje.
Visita al desierto de Merzouga en Marruecos
Merzouga es la antesala al Sáhara, el gran desierto que solamente con nombrarlo causa respeto. Hasta aquí llegan miles de turistas para disfrutar de las dunas de Erg Chebbi todos los años. Por suerte, el tamaño del desierto es lo suficientemente grande como para poder perdernos entre ellas, y aunque nos crucemos con algunos no se note mucho.
Dormir en las haimas del desierto que muchos de los hoteles tienen colocadas estratégicamente para sus clientes es una de las atracciones para los visitantes. El dormir en el desierto conlleva no tener ciertos lujos, aunque resulta bastante cómodo en la actualidad. No hay nada como llegar hasta este pequeño poblado de tiendas blancas en camello a la puesta de sol, para escuchar música junto al fuego, y luego perderte entre las cercanas dunas a disfrutar de un manto de estrellas. La salida del sol en la mañana completan esta experiencia.
Gargantas del Todra en Marruecos
Palmeras, cultivos, casas de adobe, todo en un espacio espectacular que nos acompaña a lo largo del camino hacia las gargantas, hasta el punto que bajamos a tomar algunas fotos.
Las gargantas del Todra es un cañón formado por paredes verticales que llegan a alcanzar los 300 metros de altitud. El cañón tiene 18 kilómetros de largo, y se va estrechando poco a poco. Dentro de la garganta el río Todra transcurre tranquilamente hasta llegar a un palmeral, Tinerhir, donde termina su recorrido.
La caminata por las gargantas y los alrededores es algo que no podéis dejar de realizar si vais hasta este lugar.
Rissani en Marruecos y su mercado de especias.
El poblado de Rissani no nos dio tiempo de visitarlo de modo apropiado. Rissani es conocido por ser la puerta al desierto, y como punto importante en el comercio de dátiles y alfombras en el pasado. En la actualidad su mercado local los martes, jueves y domingo sigue congregando a los pueblos vecinos y a los comerciantes entre sus calles.
Nosotros no llegamos ninguno de los días de mercado, pero pudimos conseguir las especias que andábamos buscando. Otro de los lugares que volveremos para conocerlo mejor.
Essaouira, el pueblo junto al mar
Cartagineses, romanos, portugueses… Muchas culturas han ido ocupando las orillas de la antigua ciudad de Essaouira, la ciudad fortificada. Catalogada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en el 2001, fue el Rey de Marruecos Mohamed III el que construyó la ciudad que hoy conocemos en el siglo XVIII, con el fin de establecer un puerto cerca de Marrakech que le diese salida al mar, y disminuir el comercio de Agadir, rival del rey.
Mohamed III consiguió su objetivo, y el puerto de su ciudad llegó a ser la única salida al mar del actual Marruecos durante mucho tiempo. Muchas han sido también las caravanas que han pasado camino de Tombuctú hacia el Alto Atlas o el Sahara. ¡Si las paredes blancas que nos rodean hablasen!.
A tener en cuenta antes de ir a Marruecos en Nochevieja
Cuando hablamos de países árabes se dice mucho sobre la peligrosidad que puedan presentar: en este caso, no tuvimos sensación de peligro en ningún momento, solamente la plaza Fnaa de Marrakech es terreno de los carteristas. No obstante, en Marruecos existe mucha seguridad y se cuida mucho al turista.
Lo mejor del viaje fue la amabilidad de la gente que encontramos en todos los sitios: aunque es verdad que muchos viven del turismo, por lo que les interesa tratarlo bien, los marroquíes son muy acogedores y enseguida te hacen sentir como si estuvieras en su casa. Es una bonita experiencia el conocer a esta gente y pasar tiempo junto a ellos.
Experiencias en Marruecos
Otra parte muy bonita del viaje fue cocinar en una casa bereber, en la localidad de Khamlia, junto a Merzouga. Allí, en el comedor de la casa, las señoras bereberes nos fueron indicando por señas lo que debíamos hacer para cocinar un rico tagile. Luego pasamos a la cocina donde preparamos al fuego nuestro almuerzo. No es algo que se suela hacer en los viajes, y después de esta experiencia, repetiré.
Un viaje a Marruecos en diciembre no es igual que en otra época del año; los días son más cortos y anochece antes, esto significa que si se va mal de tiempo, habrán cosas que no se van a poder ver, como nos pasó a nosotros con el Valle de las Rosas; llegamos tarde y ya no se veía nada, habrá que volver. La mejor época para ir a este país es primavera y otoño sin duda.
Las carreteras en Marruecos
El estado de carreteras marroquíes es bastante bueno, me sorprendió gratamente ver lo bien que están las infraestructuras, incluso en las zonas alejadas. No obstante, la distancia de Marrakech al desierto es larga y tediosa. Nosotros hicimos todo el viaje con un guía y un conductor, con lo que el viaje fue bastante cómodo.
Existen también autobuses locales que unen todas las distancias descritas. Además, también es posible alquilar y coche y hacerlo por tu cuenta. La opción de hacer este viaje en transporte público no me convence mucho, ya que hay muchos lugares a los que no se puede llegar si no es en coche.
Cuánto tiempo dedicarle a este viaje
Este viaje merece una semana como mínimo, para poder ver todo lo descrito bien, y tener más tiempo para disfrutar del desierto. Os recomiendo y mucho ir con tiempo para disfrutar de todo lo que conlleva esta experiencia única.
Imprescindibles en tu visita a Marruecos en Nochevieja
La visita al desierto y sus paisajes no hubiera sido tan especial sino fuese por los momentos tan bonitos que tuvimos, y por las actividades que allí se sucedieron: visitar el pueblo de los negros o Khamlia, cocinar con las mujeres bereberes, recorrer las dunas en 4×4, o ver la puesta de sol en dromedario, mientras llegábamos a las haimas… Si hay días especiales en mi vida, éste es uno de ellos.
El pueblo de Essaouira es un lugar turístico, ligado al mundo del surf por sus fuertes vientos. Una llega hasta este pueblo del mar y enseguida se da cuenta de que ha llegado a un lugar acostumbrado al turismo, donde el mundo bereber deja paso a otro más «francés» (aquí han ido llegando muchos extranjeros para vivir a lo largo de los años).
A pesar de todo, es un lugar especial, mágico, donde apetece perderse y pasar unos días. Mi consejo es que si decidís llegar hasta aquí, no os conforméis con una sola noche, sino que dediquéis más de un día a disfrutar de la paz y sosiego que proporciona esta ciudad.
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