Los Takhi, los últimos caballos salvajes en nuestro planeta
La historia de un proyecto de conservación animal en Mongolia
Corría el año 1969 cuando un pastor divisaba a lo lejos un Takhi, el caballo salvaje mongol. Hacía tanto tiempo que no se divisaba un ejemplar, que la noticia corrió como la pólvora. Varias voces dieron la alarma de la desolada situación en la que se encontraban estos caballos salvajes, considerados únicos y que muchos creían ya extinguidos.
Los Takhi o Przewalski, son los descendientes directos de los sementales, los únicos caballos que no se pueden domesticar; son tan distintos al resto de caballos que incluso su ADN lo es, y posee dos cromosomas más que el resto de sus compañeros de raza.
Estos caballos son autóctonos de Mongolia, pero la presencia del hombre y los cambios del entorno habían menguado su presencia.
Las asociaciones de conservación de animales en peligro de extinción se ponían las manos a la cabeza, escasos eran ya los tahkis que se pueden encontrar; pero no todo estaba perdido, y es que, por suerte, había muchos ejemplares distribuidos en zoos. Todavía se podían recuperar.
Voluntarios de todas partes dedicaron su tiempo a alimentar y cuidar a estos caballos, que ahora habitaban en zoos de Alemania, Holanda, Suiza, Austria y Australia. Aunque la solución hubiera sido llevarlos directamente a Mongolia, y re-introducirlos en su hábitat, el gobierno comunista no inspiraba demasiada seguridad sobre cómo iba a desarrollarse el programa, asi solamente la llegada de los años noventa, y la caída del régimen comunista, abrió la puerta de regreso de los takhis a su tierra natal. Los parques elegidos para desarrollarse fueron el Parque Natural de Khustain, Takhiin Tal (Goz-Altai) y Khomyn Tal (Zavhan). El grado de adaptación ha sido tal que hoy en día, 350 takhis habitan el Parque Nacional de Khustain, 12 el Khomyn Tal, y 80 takhis viven en Takhiin Tal.
El Parque Nacional Khustain
Desde 1992 los Takhis han estado viviendo en Mongolia, siendo el Parque Nacional Khustain su principal lugar de residencia; las estepas que cubren en parque, también se ha conservado gracias a ser declarado parque nacional con la llegada del caballo salvaje; además, este es el ambiente ideal para estos animales, que cuentan con una enorme extensión que solamente comparten con otros animales, pero con presencia humana limitada. El proyecto en sí está considerado como el más exitoso en cuando a recuperación de una especie y conservación animal. No obstante, todos los años mueren unos cinco ejemplares, pero siempre por las reglas de la naturaleza y ataques de otros animales, y es que desde que fueron introducidos en el parque, los animales siguen el ritmo de su entorno, dejando la presencia humana relegada a un segundo plano.
Distancia desde Ulaanbator
La distancia desde Ulaanbator hasta el parque es de 100 kilómetros. No hay autobús, así que hay que alquilar un coche o contratar una agencia para llegar. La entrada al parque está controlada y hay que ir con un guía del parque, si se viaja por cuenta de uno. Las mejores horas para poder ver a los Takhis es el amanecer y al anochecer, cuando bajan al valle a beber.
¿Merece la pena la visita?
Aunque no teníamos demasiadas expectativas de este parque, fue una de las grandes sorpresas del viaje: el parque en sí es espectacular, con unas vistas increíbles y un entorno único. La posibilidad de ver a estos caballos salvajes, únicos, fue un añadido a una visita que cubrió nuestras expectativas de sobra.
Alojamiento.
Nosotros íbamos en un viaje organizado, y teníamos el alojamiento contratado. Se puede ir y volver en un día desde Ulaanbator, pero si de verdad se quiere ver a los takhis, merece la pena alojarse cerca del parque. Os dejo imágenes del lugar donde estuvimos, que la verdad, estaba muy bien.
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