La ruta de los esclavos desde Ouidah
La esclavitud: culpa del blancos y negros
Historia del Reino de Abomei: el inicio de la esclavitud
Para hablar de la ruta de los esclavos nos tenemos que remontar a los tiempos de los reyes de Abomey; en aquella época tenemos de conocer a Francisco de Souza (llamado Cha Cha por su facilidad para elegir esclavos entre todos los africanos, luego os contaré más)
Los primeros esclavos que salieron en barco no eran esclavos, eran prisioneros de guerra. Sería el priieblo Gebe, cerca de Ouida, el punto de partida.
Una situación con unos blancos hizo que un rey negro matara a unos cuantos prisiones para demostrar su poder; los blancos no salían de su asombro: ellos no querían que los matasen, se los querían llegar en los barcos: aguantaban mejor el calor y tenían más fuerza. Eran ideales como personal de barco.
En la época de las conquistas y de la navegación, todas las nacionalidades y países se cruzaban en el mar. Los negros eran los que aguantaban más, así que muchas potencias europeas llegaron a Benin para pedir contratar a negros, o pedir voluntarios. Los reyes vieron el negocio de sus vidas: fue aquí que empezaron a atacar a los iracha y los yoruba, que no eran benieses: los atrapados eran vendidos a los nuevos amos. Había nacido la esclavitud.
Lo más curioso de todo es que muchas veces no era tema de dinero; era para obtener objetos que utilizaban los colonizadores y que encandilaban a los reyes africanos, que nunca habían visto ese tipo de joyas o utensilios. Es por eso que nos dicen que la culpa del mal de la esclavitud no es solo de los blancos, también de los negros en el poder que ayudaron a su evolución.
El reino de Ouidah
El lugar por donde más esclavos salieron al mar
Conocido como el reino de Ouidah, nombre que le darían los franceses a su llegada al actual Benin, este sería el emplazamiento africano desde el cual más esclavos saldrían hacia tierras americanas. En la actualidad, la ciudad de la ¨puerta del no retorno¨ es la que conserva el nombre del antiguo reino.
El papel de Ouidah en la esclavitud entre los siglos XVII y XIX fue tan significante que ha pasado a ser conocida por ello; en esta ciudad se encuentran todavía apellidos holandeses, franceses y holandeses. Ouidah fue la puerta de salida de los esclavos y también la puerta de entrada del cristianismo. Cuando finalmente se consiguió la abolición de la esclavitud, en el 1848, todavía muchos siguieron reclutando esclavos. Resulta muy difícil controlar este tipo de actividades cuando se está a miles de kilómetros de los que toman las grandes decisiones.
Cómo era la ruta de los esclavos en Benin hasta subir a bordo de un barco de esclavos
Imaginaros la situación; tú y tu familia estáis tranquilos en tu casa y de repente te capturan y te encadenan, a ti y a toda tu familia. Es entonces cuando empieza un largo camino que no sabes donde va a terminar, pero ya intuyes bueno no va a ser.
Después del largo camino desde tu casa hasta Ouidah, ahí empezaba el principio del fin. Por descontado, muchos morían en el camino hasta Ouidah. Si fallecían los soldados tenía que cortarles la cabeza y llevarla hasta allí; era el modo de asegurarse que no les dejaban escapar.
La ruta de los esclavos desde Ouidah
A la llegada a Ouidah se les llevaba enfrente de la casa del mayor comerciante de esclavos en Benin: Francisco Félix de Sousa, más conocido por Cha-Cha, les seleccionaba uno a uno. El nombre de Cha-Cha le vino dado al comerciante brasileño por su gesto cada vez que elegía a un esclavo nuevo y decía ¨Ja Ja¨ La traducción de los lugareños fue cha cha. Era entonces cuando los esclavos se repartían entre los compradores, que los marcaban allí mismo en la plaza, para que ya no pudieran huir
Los elegidos seguían su camino al mar.
Quedaban unos 7 kilómetros hasta el mar. En mitad del camino estaba el árbol del olvido: en este punto había que dar 7 vueltas en el caso de los hombres; 9 vueltas si eres mujer, para olvidar de donde venías. Las mujeres daban dos vueltas más porque pensaban tenían más memoria que ellos. El árbol ya no está, pero hay un monumento conmemorativo.
Más tarde vendría el árbol del retorno. Si un aspecto importaba de verdad a los habitantes de aquella época era que su alma estuviera en la eternidad en su lugar de origen. Esta vez se daban tres vueltas al árbol para garantizar que el alma volvería a su país. El árbol todavía se encuentra allí.
La habitación Oscura en la ruta de los esclavos
Una pensaría que ya, al barco y a tierras americanas; pues no. Ahora venía la aclimatación. Los futuros esclavos eran internados en un almacén oscuro, todos apelotonados, donde hacía mucho calor. La razón era el poder aclimatarlos al barco.
Si alguno se revelaba se le metía en una canasta donde terminaba perdiendo la movilidad. Entonces ya se le mataba y a la fosa común. Esta práctica se conoció hace relativamente poco, cuando se descubrió la fosa en un punto cercano al almacén.
Finalmente, la puerta del no retorno marcaba el final de este viaje por tierra. A mi llegada estaba vallada y no se podía acceder
Esta situación era una auténtica vergüenza cuando iba una familia junta para el padre; se suponía que el cabeza de familia tiene que cuidar de los suyos. Unido a que muchos no habían visto un barco en su vida (ni el mar), ni tampoco sabían nadar, familias enteras se suicidarían en el trayecto hasta el barco.
El memorial Zomachi, una puerta al perdón por el pasado
En el año 1992 se construiría el Memorial Zomacho. El lugar se utiliza para celebrar el festival de reconciliación anual cada tercer sábado en el mes de enero. Es entonces cuando descendientes de esclavos y amos se reúnen para conmemorar a las víctimas, honorando a los antepasados. Mediante este acto se pide perdón por todas las injusticias pasadas.
La casa no está del todo terminada, pero se utiliza igualmente. Además de la placa también hay imágenes pintadas en su exterior.
Nuestra experiencia en la ruta de los esclavos
La ruta de los esclavos es de visita obligada si viajas a Benín. a pesar de todo, el hombre que no conoce su historia está condenado a repetirla, no lo olvidemos y que nunca vuelva a ocurrir esto (aunque por desgracia, la esclavitud sigue ocurriendo en muchos países africanos, ahora niños y en el cultivo del cacao).
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