Las Cataratas del Nilo Azul
Tis-Abay, Etiopía.

Mucho se ha hablado sobre las fuentes del Nilo y su origen. El Nilo, considerado el río más largo del mundo, discurre por el Este de Africa sin pausa, hasta llegar a su destino en Alejandría. Su origen procede del Nilo Blanco y del Nilo Azul. El primero, debe sus fuentes al lago Victoria, que Speek tuvo la suerte (nunca mejor dicho, pues literalmente le arrebató el protagonismo a Richard Burton, quien era el que lo merecía) de descubrir; el origen del Nilo Azul procede del Lago Tana, que fue descubierto por Pedro Páez, el jesuita español del que ya hemos hablado anteriormente y que no le dio ninguna importancia a su hazaña.

La época de los exploradores terminó, no obstante, seguimos siendo muchos los que queremos ver por nuestros propios ojos qué es lo que vieron personajes como Burton o Speek, como Livingstone, cuando llegaron a países como Etiopía por primera vez. Y es que el Lago Tana no ha cambiado mucho desde que los jesuitas portugueses llegaron por primera vez a convertir almas. Sus aguas se deben a más de cincuenta arroyos que discurren por tierras etíopes y vierten todo su caudal en él. Aunque muchos dicen que su origen está en un bosquecillo de árboles que se elevan sobre una pradera y donde las aguas emergen burbujeantes de unos pozos entre la vegetación. La verdad es que el Al Bahr el-Azraq, el nombre del Nilo Azul en árabe (Aray en etíope), tiene su origen aquí, donde es posible visitar el lago y también todas las islas con monasterios que en su día se construyeron, y que hoy dan constancia de la gran importancia que el lago tuvo en el pasado. Las iglesias ortodoxas del lago, se encuentran todas rodeadas de poblados que velan y cuidan por ellas. Al contrario que los griegos ortodoxos, los etíopes sí que ponen imágenes en su interior, pero no se puede entrar a rezar dentro de ellas; sólo los religiosos tienen acceso a ellas, mientras que el resto oye misa desde su exterior. La visita al lago Tana, además de los monasterios, tiene otro atractivo, los hipopótamos, que pueden ser vistos mientras nadan en sus aguas, y que como todo lo que hemos visto de momento, nos sorprende.


Tis-Abait es el nombre amárico de unas de las cataratas más impresionantes que tiene África, tras las Cataratas Victoria entre Zambia y Zimbawe. Aunque no tienen una amplitud tan grande como la de su contrincante, lo cierto es que nos sorprende mucho, quizás porque no esperábamos encontrar mucha agua y la suerte ha hecho que la presa hidráulica que en los últimos años opera allí abriese el caudal y dejase paso a lo que hemos visto, una catarata impresionante.

Llegamos a las cataratas tras 30 kilómetros de caminos tortuosos y un trekking de 20 minutos, donde atravesamos por un puente portugués que pasa por el más antiguo del país, y que fue diseñado por los portugueses allá por el 1.626.
Tras el trekking, se empieza a escuchar el ruido del agua, hasta que de repente se puede ver toda la caída del agua a más de 400 metros en medio de un paisaje sobrecogedor.

Bahir Dar nos había gustado mucho como ciudad: es limpia, ordenada, moderna, sus gentes son muy amables, etc. Aquí encontramos multitud de librerías locales llenas de libros de texto universitarios en inglés; gente que va y viene por la calle, todos ellos se ven bien vestidos (los zapatos hechos polvo, lo que no extraña dado la cantidad de kilómetros que andan), y los coches, todos, absolutamente todos, de la marca Toyota; hemos probado a sentarnos y mirar las marcas de coches que pasan, y sólo existen Toyotas en esta ciudad.
Las cataratas del Nilo Azul nos han dado a pensar lo afortunados que somos de encontrarnos en este país, que seguro dentro de pocos años ha cambiado y no será posible ver todas estas maravillas.







Preciosos paisajes y fotografías . Estupendo artículo. Queda anotado para un futuro viaje. Saludos! Olga