La montaña de los siete colores o del arco iris se ha convertido en uno de los atractivos en cualquier viaje a la cordillera andina. Las redes sociales han puesto en el top de lugares a visitar este precioso lugar, visitable desde Cusco en pocas horas y cuyo paisaje asombra a los turistas.
Purmamarca es el nombre del pueblo que alberga este precioso lugar; a escasos kilómetros encontraremos el apeadero para minibuses y coches que llegan desde diversos lugares a disfrutar de este entorno.
La montaña Vinicunda ha visto su nombre alterado a causa del color de las rocas que la forman, siete en total, según el tipo de roca que en cada periodo de tiempo pasó a formar parte de ella. La formación de la montaña data de entre tres y cuatro millones de años en el caso de las que componen los colores rojo y rosas; las rocas blancas que conforman el paisaje se cree que tienen más de 400 millones de años, etc. A pesar de que las rocas de colores han permanecido así durante siglos, solamente el deshielo de los glaciares ha destapado en los últimos años este tesoro para los turistas.
Antes de ir
Vinicunda es el lugar donde más vas a sentir el peso del mal de altura; intenta dejar esta visita para cuando ya lleves varios días en la cordillera y te hayas aclimatado. La caminata hasta llegar a la parte donde están las montañas no sería nada dura si no fuera por la altura, que hace que un trayecto de 45 minutos pueda durar dos horas o más. Durante toda la caminata tienes mulas que te llevan al ir o al volver (o en ambos sentidos). Solo el último tramo del camino no se puede hacer con mula, ya que hay que escalar.
Cuenta la leyenda…
Purmamarca está situada en plena cordillera. Las montañas que la rodean eran todas del mismo color. Fueron los niños de la aldea los que no aceptaron el tener una montaña tan sosa en colores. Los adultos del pueblo no tomaron la crítica de los pequeños seriamente, sino como algo pasajero. No obstante, los niños decidieron hacer algo al respecto y trazaron un plan. Durante siete noches consecutivas empezaron a decorar la montaña. Cada mañana durante siete días, los adultos despertaban y un nuevo trazo de color había sido añadido a la montaña. El séptimo día los adultos vieron la montaña completamente decorada con los siete colores, pero descubrieron que ningún niño estaba en su respectiva cama. Después de buscarlos por toda la ciudad, los niños aparecieron saltando sobre la colina, riendo y jugando. Desde entonces, Purmamarca celebra la fiesta en honor a la montaña pintada.
Donde contratar la excursión.
Es posible llegar desde España con la excursión contratada, pero vale la pena hacerlo una vez en Cusco. Nosotros lo hicimos en el mismo aeropuerto y la diferencia fue de $200 en España a $60. La excursión es exactamente la misma
Existe otra opción más accesible que es la montaña de colores de Palcoyo. Esta montaña es visitada por menos turistas, y la caminata es mucho más suave. Hay que tener en cuenta que esta excursión no la realizan todas las agencias, ya que no es tan conocida, y suele ser mucho más cara.
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