Fantasmas y Cementerios de Edimburgo…
el lado más oscuro de la ciudad…
Una visita a los cementerios y misterios de la ciudad escocesa…
Edimburgo es una ciudad fascinante. No solamente por su arquitectura, como también por su pasado e historia, especialmente, toda aquella relacionada a los fenómenos paranormales que, a lo largo de los años, se han venido sucediendo en la ciudad.
La capital escocesa, ha visto pasar varias epidemias de peste, ahocar personas como el que se toma una cerveza, y condenar a inocentes sin piedad. Todo ello, en un reducido espacio rodeado de murallas, que tanto te protegían de la muerte, como te la facilitaban. Todo en uno.
Así la cantidad de cementerios fue bastante considerable, y la primera cátedra de parapsicología en la historia, se otorgó a la universidad de Edimburgo. A partir de ahí, podemos dejar rodar la imaginación…
La niña Annie y su cuarto de muñecas
Los años de la Peste fueron realmente terribles para la Edimburgo del medievo, hasta el punto que la nueva ciudad empezó a construirse sobre la antigua. Dicen las malas lenguas que en los closets, o ciudad subterránea, quedaron enterrados los enfermos de peste (con el tiempo se ha demostrado que no fue así). Una de las personas que allí vivió fue la niña Annie.
Durante las últimas décadas se ha habilitado la visita a la antigua ciudad subterránea para los turistas. Fue allí donde durante un tour, una medium que hacía turismo escucharía a Annie. La niña le pidió muñecas, y desde entonces, son muchos los que depositan una para Annie en la habitación donde se la escuchó.
Nosotros visitamos el Mary King’s Closet, y a pesar de que es un poco extraña la historia, no oímos ni percibimos nada. Eso si, la visita mereció mucho la pena, ya que te cuenta la historia de cómo era la vida en Edimburgo en siglos pasados
El cementerio de Greyfriars en Edimburgo
Resulta muy difícil visitar Edimburgo y no encontrarse con Greyfriars; el cementerio no solo se encuentra en el centro de la ciudad, sino que en los últimos años el pequeño mago Harry Potter le ha dado más protagonismo a sus tumbas.
Para los que no les gustan estos lugares, les diré que las casas con vistas a los cementerios son más caras de Edimburgo (y en muchos lugares), así que no será tan malo vivir con vistas al otro mundo.
Greyfriars es un cementerio que puede presumir de tener de todo; por un lado, tiene el lado misterioso que todos esperamos encontrar en estos lugares, pero en este caso muy cercano a la realidad. También tiene su parte divertida, gracias a Harry Potter, y su parte más tierna, con el perro Bobby como protagonista.
Lo primero que vemos al llegar es su iglesia, que fue abandonada por los franciscanos al quemarse.
Los estudiantes de medicina o body snatchers
También las rejas que todavía perduran en las tumbas siguen allí. Hubo un tiempo, en el que los cuerpos recién muertos eran muy valiosos para los estudiantes de medicina en Edimburgo, una de las universidades más afamadas en el pasado. Mientras hubo centenares de ejecuciones, no hubo problema para el suministro de los estudiantes. El problema fue cuando ejecutar dejó de estar de moda.
Los body snatchers, eran los que se dedicaban a robar a los recién muertos, y llevarlos a la universidad. Por aquél entonces, robar cadáveres no estaba penalizado, aunque si robarles las pertenencias. Por esta razón, los familiares empezaron a velar por sus difuntos.
Considerando que un cuerpo tarda en descomponerse de 5 a 7 días en verano, y de 15 a 20 en invierno… os podéis imaginar lo poco que agradaba que alguien marchase al otro mundo en invierno, cuando el frío escocés traspasaba los muros de Greyfriars.
Así, se empezaron a poner rejas, que sólo se extinguieron con la llegada de la Segunda Guerra Mundial y la necesidad de acero. Hoy en día, es posible ver algunas.
El primer campo de concentración de la historia
En Greyfriars, vamos a encontrar el primer campo de concentración de la historia, en un barracón al aire libre, donde los culpables por la firma del tratado que daba autoridad a Carlos I, y que introdujo el anglicanismo en Escocia, fueron a parar. Los presos, solamente recibían pan y agua, y eran los ciudadanos de Edimburgo los que echaban comida por los muros cada día. De allí solamente se salía de tres maneras: jurando fidelidad al rey (y sorprendentemente, NADIE la juró), para ser ejecutado, o para ir a las Barbados, donde muchos morían realizando trabajos forzados.
La parte de Greyfriars que vemos en la foto permanece cerrada al público, y es que han sido mucho los fenómenos paranormales allí sucedidos, y que obligaron a las autoridades a clausurar el área. Hoy en día solamente es posible acceder a la zona mediante algunos tours organizados, donde antes de acceder se firma un documento en el que la empresa organizadora declina cualquier responsabilidad de lo que allí ocurra.
En verdad, es un lugar que produce cierta inquietud. También la tumba del sanguinario McKenzie es un lugar que la produce…
La relación entre Harry Potter y Greyfriars
Harry Potter, también tiene su espacio aquí, porque algunos de sus personajes, responden a difuntos, como por ejemplo, la tumba de Voldemort, de la señorita Minerva Mc Gonagall o Willina Mc Gonagall. También una escena de «Harry Potter y el cáliz de fuego» fue rodada allí, y es posible ver el colegio que dio forma física a Howgarts, en el George Heriot’s School, un colegio donde iban niños huérfanos, y en el que la autora de los libros se inspiró para crear su escuela de magia.
Bobby, el perro más famoso de Edimburgo
Pero la parte divertida, viene de la mano del perro Bobby, la gran mascota del lugar.
John Grey era un policía huraño, al que le gustaba patrullar a solas, a pesar de las advertencias de sus compañeros de profesión, que patrullaban de dos en dos. Un día, decidieron regalarle un perro para que le acompañase en sus salidas, pero, en lugar de un perro grande, el elegido fue uno pequeñito, al que John bautizó como Bobby.
Durante 3 años, fueron inseparables, hasta que John murió. Desde entonces, y durante 14 años, Bobby estuvo junto a la tumba de su dueño, hasta que él mismo pereció. Su muerte, causó gran consternación entre los vecinos de la ciudad, pero la ley no permitía enterrarlo dentro, así que se dispuso que sería a la entrada, en el camino contiguo.
Hoy por hoy, Bobby tiene una placa homenaje con la que todos los habitantes le honran al pasar.
El cementerio de Carlton en Edimburgo
El cementerio de Carlton se encuentra en la parte nueva de la ciudad. pasando el puente de los malditos, llamado así por las veces que se destruyó (y por el número de suicidios), se llega a este cementerio, donde encontraremos la tumba de David Hume, y la del pintor David Allan, del Siglo XVIII.
En aquellos tiempos, la catalepsia, o el ser enterrado vivo, estaba a la orden del día. Tanto que llegó un momento en el cual se enterraba a los difuntos con una campanilla junto a ellos, por si acaso.
No obstante, un 40 % de la población se cree tuvo esa suerte, y el pintor Allan fue uno de ellos, pintando su última obra dentro de su nicho… estremecedor….
Os podría contar más cosas, pero Edimburgo es una ciudad para vivirla, y prefiero que la visitéis y me contéis vuestras experiencias. Hasta pronto!
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