Viajar a Túnez
Itinerario de 8 días de viaje
Día 1: Kairouan
Lo primero que nos llama la atención son los aljibes de la época de la conquista de Abdulá I. después de la batalla de los 7 abdules, Kairouan pasaría a ser una ciudad santa para los musulmanes, y por tanto un nuevo lugar donde vivir. Situada a 40 kilómetros de las montañas, y con 60 kilómetros hasta el mar, la plaza estaba en situación segura lejos del mar. El primer problema con el que se encontraron fue el suministro de agua. Para ello se crearon unos aljibes, cuyo uso todavía es costumbre hoy. La falta de agua sigue siendo un problema en lugares donde la lluvia escasea y estos aljibes han conseguido suministrarla a su población durante siglos.
El mausoleo del barbero Sidi Sahid
Llegamos a un lugar que perfectamente podría estar situado en Granada cualquiera de las plazas españolas ocupadas antaño por árabes; y es que la familia que suministró los azulejos para la construcción de este mausoleo era de origen español. Vamos pasando por las estancias hasta llegar al patio donde se encuentra el mausoleo. En el patio vemos un par de chicas sentadas; nos cuenta el guía que es costumbre para las mujeres solteras acercarse para rezar y pedir que su príncipe azul aparezca; al mismo tiempo, son muchas las que se inspiran en los azulejos y formas del patio para diseñar sus ajuares.
También encontramos un doctor con su instrumental, y es que para la circuncisión es costumbre venir a pedir la bendición antes de cualquiera.
El lugar de rezo se encuentra contiguo, junto a la madraza. Ahora está vacío, pero en breve aparecerán los fieles a su hora habitual de rezo.
La mezquita de las 3 puertas
Túnez ha sido un país donde el Imperio Otomano también ha dejado su huella; en muchos aspectos encontramos el paso de los turcos, y las mezquitas no iban a ser menos. Situada junto al centro histórico de Kauriuan, pasamos al interior. Allí nos encontramos una reliquia turca, un reloj otomano en pleno centro del patio.
Junto a él, el patio de columnas nos hace ver cómo se han aprovechado las columnas de todos los estilos griegos del área donde estamos ahora mismo. La mezquita no es ostentosa, pero su diseño y cuidado hace que se sitúe entre las que más nos han gustado de esta cultura.
Sbetia, las ruinas de Sufeitula
Pocos son los turistas que se embarcan hasta Sbetlia, una de las ciudades romanas que más nos han cautivado. No suele incluirse en los circuitos turísticos por falta de tiempo, sin embargo, merecen muchísimo la pena.
Día 2, 3 y 4: Tozeur y alrededores. Jheridje
Estamos en Tozeur, la ciudad de las palmeras, no en vano, más de 500.000 palmeras pueblan este pequeño pueblo que presume de palmeral en su territorio. Con poco más de 50.000 habitantes, Tozeur es de parada obligada si se quieren ver oasis chulos, visitar los cañones del Midas, donde se rodaron escenas de El Paciente Inglés, o los escenarios de la guerra de las galaxias. También la ciudad en si tiene su encanto.
Tozeur es un punto base para multitud de lugares a visitar: desde aquí se visita todo lo anterior sin perder demasiado tiempo en distancias.
- Qué ver cerca de Tozeur
Los oasis de Tozeur
Las tierras de esta parte del país se caracterizan por la gran escasez de agua. No tener agua implica no poder cultivar. Una de las ideas más exitosas ha sido la creación de oasis artificiales, para así aprovechar el agua donde la hay, y poder extender el cultivo. Un oasis no son solo palmeras: en un oasis se aprovecha la sombra y el microclima que las palmeras crean para cultivar cítricos y otros cultivos alrededor de éstas.
Los oasis que visitamos son tres: el oasis de Chebika, donde hay una cascada. Chebika es un pueblo abandonado por una inundación en el pasado, concretamente, en el año 1969. Fue entonces que muchas casas quedaron desoladas y tuvieron que construir una nueva ciudad. Hoy en día este oasis es medio artificial, medio real.
El oasis de Tamerza también se encuentra en el pueblo abandonado que lleva su mismo nombre. Aquí encontramos la cascada más famosa del pueblo, que en esta época está casi seca. Dentro del mismo pueblo tenemos otra cascada menos conocida, pero para nosotros mucho más bonita y agradable.
El oasis de Mides comprende también el canon, con el mismo nombre. Aquí se rodaron escenas de la cueva de los nadadores, en la película de El Paciente Inglés. El canon se puede recorrer a pie fácilmente, mostrando unas vistas espectaculares, que nos trasladan a los escenarios de la película. No busques la cueva; la cueva real (la de los nadadores), se encuentra en otro país, en Lybia; la cueva donde se rodaron las escenas parece estar cerca de Tozeur, pero nadie nos sabe decir a ciencia cierta dónde ni cómo llegar.
Los escenarios de la guerra de las galaxias
Las películas de Star Wars de George Lucas conocerían esta parte del desierto tunecino. Sería 1n 1976, 1979 y 1996 cuando los estudios de grabación se desplazarian hasta aquí para rodar. El camuflaje de telas, escayolas y madera todavía perdura en el desierto, aunque el estado de conservación no es excesivamente bueno ni tampoco parece haber intención de preservarlo.
George Lucas no se equivocó al rodar aquí, el escenario parece realmente salido del vecino Marte.
También algunas escenas de películas como Gladiator, Jesús de Nazaret o El oro Negro serían grabadas aquí.
Hoy nos quedan las viviendas de Star Wars y muchos vendedores que nos acosan para que les compremos.
La ciudad de Nefta
Nefta en Túnez
Seguramente la única razón para visitar Nefta sea que vas a visitar el punto dos, no te culpo: Nefta no es un pueblo espectacular, no tiene un gran patrimonio, tampoco se encuentra en las guías de viaje. Por qué detenerse y dar una vuelta por Nafta? Por su autenticidad, por vivir un Túnez que no siempre se encuentra en la costa ni en otros lugares del país.
La leyenda dice que Nefta fue construida por el hijo de Noé, que llegaría en barco desde el lago Tritón. Esta región forma parte de la región de Castellum. También fue parte de la región de Limes, de origen cristiano.
Las fachadas del pueblo nos recuerdan a otros países, como Irán o Iraq. Es una ciudad tranquila, de puertas y porches para protegerse del calor. De su pasado más esplendoroso queda el estanque de Nefta, al que solo llegas si das una buena vuelta por la ciudad.
La ciudad de Tozeur
Fortaleza o tierra de sol; los bereberes nombrarian así a esta ciudad que formaba parte de los limos africanos en la actualidad. Fuertemente ligada a las palmeras y la escasez del agua, aquí se inventaría el gaduz o la medida del agua para el riego, algo utilizado desde los tiempos en que los árabes llegaron a esta región. Bereberes, cartaginenses, romanos, bizantinos… todos pasaron por Tozeur y dejaron su huella para otros tiempos. Desde aquí se controlarían las fronteras subsaharianas desde tiempos romanos, cuando lugareños y ejércitos se percataron de la posición estratégica de este lugar.
Cuando llegas a Tozeur sorprende la cantidad de palmeras en sus parajes: serían los árabes también los que las empezaran a cultivar, aprovechando sus extensos conocimientos en la materia. También ellos establecerían la ciudad como paso de entrada, eludiendo al siempre más peligroso y amenazado paso a través del mar.
Hoy en día, nos encontramos a una ciudad viva en la mañana, donde los turistas solo se dirigen a los pocos hoteles que permanecen abiertos en la actualidad. Sus más de mil dromedarios cargan a diario los dátiles y otros productos agrícolas para la exportación.
Qué visitar en Tozeur
El centro de Tozeur y sus laberínticas calles obligan a recordar sus típicas puertas pintadas de colores, para poder volver. Dentro de su laberinto encontramos mezquitas que no lo parecen, lugares de oración; hoteles con encanto a los que se llega sin darse cuenta, minaretes. En medio de esta vorágine de paredes blancas nos encontramos un museo peculiar que nos explica más sobre la vida en la comarca y la distribución de sus casos. Su otra parte del patio interior nos acerca a otra realidad, la de las mujeres de Tozeur. En aquella amplia habitación se haya la sede de la cooperativa de mujeres que dan vida a la ciudad.
Nos recibe una de ellas, que nos muestra lo que allí se elabora; las lugareñas acuden allí en sus ratos libres; una diseña bolsos, otra cose, otra corta los patrones de la ropa… cada una hace lo que sabe y lo pone al servicio del resto, para entre todas poder sacar adelante los productos artesanos que les darán un salario o un extra para ellas. La cooperativa tiene productos preciosos que solo llegando hasta allí es posible conocer.
Terminamos con el mercado de Tozeur. Es allí donde se concentra la vida de la ciudad; tanto los puestos del edificio que alberga el mercado, como el mercadillo ambulante que todos los días llega hasta la ciudad, allí es posible encontrar todo tipo de alimentos frescos para casa.
Tozeur es una ciudad tradicional, nada que ver con la costa, sino mucho más enfocada a sus gentes. En lugares como éste se encuentra la autenticidad.
Día 5: camino al desierto tunecino
- El lago salado
Este lago de casi 5.000 kilómetros cuadrados no era una de nuestras prioridades; sin embargo, terminó siendo un descubrimiento que nos encantó. Imprescindible una parada para disfrutar de su silencio y observar la extensa concentración de sal que aquí encontramos.
el lago salado se denominaba en el pasado lago de los peligros; aquí encontramos las rosas del desierto que venimos encontrando todos estos días. Una gran concentración de minerales en la sal del lago impide el consumo humanos. Al final las carreteras francesas son las que aprovechan esta sal para la época de nieve.
Hoy nos parece grande, y sigue siendo el lago más grande de Túnez; sin embargo, nada que ver con siglos anteriores, cuando el lago llegaba al mar y comunicaba con esta en el golfo del Gades. El antiguo camino de caravanas pasaba por aquí, y los palitos dentro del agua nos siguen marcando la ruta….
- Douz, la puerta del desierto
Los marsugi es la tribu que habita Douz. La pequeña ciudad es un lugar peculiar, cuyos orígenes provienen de los bereberes, que habitaban esta área, llamada región Maramasiz. En el montículo de la región nació esta entrada al desierto a la que denominaron Douz. Dicen las malas lenguas que los franceses fueron los fundadores, en un serio intento de sedentizar a los nómadas del desierto. Hoy en día pocos son los que viven allí, y la plaza principal de paredes blancas poblada de bares y tiendas dan vida y recursos a los que van de paso al desierto.
Aquí los dromedarios son numerosos, y también de distintos colores. Es uno de los pocos lugares donde podemos encontrar a los dromedarios mahari o terbi, las razas más caras. Son estos un poco más delgados y estilizados que el resto. Solo los tuareg los han usado desde antaño, y es que tener un mahari es símbolo de orgullo; el mahari es un compañero de viaje a través de las dunas del desierto y sus peligros.
Día 6: Matmata, casas trogloditas, Chonini
Nos tenemos que remontar al siglo VII para encontrar los orígenes de la tribu Matmata; los matmata, que también habitan en Marruecos, fueron los que iniciaron la construcción de las casas trogloditas, un tesoro que ahora atrae a muchos turistas a esta remota región. Matmata es una ciudad llena de casas trogloditas, al ser casas familiares muy poquitas se pueden visitar, pero algunas de ellas están abiertas al público en general, pidiendo solo una propina por la visita. La visita a una de estas casas te da la imagen de la distribución de la casa y el por qué de su construcción.
En las casas de Matmata el marido es el que tiene la función de constructor albañil: es la mujer la que decide su distribución y diseña su estructura. Al contrario de lo que se pueda pensar, las habitaciones siempre están en la parte inferior, la parte superior o primer piso alberga el granero. El almacén de grano se pone arriba para evitar que los animales se coman el grano.
Antes de llegar al gran patio que da vida a la casa pasaremos por una primera zona de visita, y es que los bereberes siempre tienen una zona destinada a los desconocidos, a la gente no muy cercana que no quieren lleguen a su núcleo familiar.
Alrededor del patio se encuentran las habitaciones y el granero, pero también la despensa y la cocina. En esta casa se produce miel, cacao, aceite y pan. La dueña nos da un poco de pan que desaparece en el acto: acaba de salir del horno y con un poco de aceite sabe divino.
Entramos en una habitación privada donde lo primero que nos llama la atención es la forma de subir a la cama; es como subir a un caballo. Desde allí vemos que la entrada de la alcoba tiene una forma extraña, y es que la construcción es más baja desde dentro, para evitar que intrusos puedan entrar en la noche y evitar asaltos. Algunas habitaciones tienen duchas en el interior.
Terminamos la visita y pagamos a la dueña de la casa 10 dinares. No nos parece caro para la visita y la invitación culinaria. Si buscas una casa en Matmata, tienes que buscar por “Dar”, que significa casa.
Día 7 y 8: isla de Djerba
Escasos kilómetros separar la isla de Djerba de la costa tunecina. La isla donde convivieron los lotófagos o seres que consumían loto, fue también la isla que enamoró a griegos y fenicios. También hay menciones de la isla cuando leemos al Ulises, ya que aquí cantaban las sirenas sus cantos mágicos que obligarían a Telémaco a atarse al palo de su barco para no ceder a las tentaciones.
La isla estuvo poblada desde tiempos antiguos; por aquí pasarían árabes y fenicios, que la llamarían kirba, en la época romana sería llamada minancs.
Una de las peculiaridades de la isla de Djerba son los menzes, o conglomerados que agrupan parcelas, dominios y la casa en si. Un menzel sería la casa que tiene cada uno de sus habitantes. En ellas siempre hay un espacio excavado, para poder esconderse en caso necesario. También tienen una habitación para recibir invitados a casa, llamada Dar el madze. Las casas también tienen un algibe para recolectar el agua de lluvia, ya que las sequías son una constante en la isla.
A pesar del incipiente turismo, la isla sigue subsistiendo básicamente de la agricultura y la pesca.
Entramos a la isla por la larga carretera que la une con Túnez; allí vemos cómo las obras son constantes, y es que está previsto que se amplíe. La isla de Djerba emana luz: si alguien busca sol mediterráneo desde luego está en el lugar adecuado, una isla donde solo las zonas más turísticas han cambiado; el resto, permanece igual.
Poco a poco nos adentramos en su territorio: sabíamos que era grande, pero no tanto. Lo de estar en una isla e ir a pie no es posible en Djerba. Pronto nos daremos cuenta de que por suerte, los precios de los taxis son mínimos, y por unos 3 euros al cambio nos podemos mover tranquilamente por la isla. Además, los taxistas son bastante honrados: utilizan el taxímetro siempre.
Estamos en el área turística, pero los turistas brillan por su ausencia: todavía el tiempo no está claro y el Ramadán ha frenado el sector en estos días festivos. No por ello dejamos de visitar la isla; a pesar de que la idea era descansar, terminamos visitando la ciudad más cercana (está a pie), Midoun. La pequeña localidad no nos emociona, parece más un mercado donde comprar souvenirs que un pueblo real. Desde allí nos dirigimos a la capital Houmt Souk; aquí si que encontramos un lugar auténtico, una ciudad que merece la pena recorrer.
Sobre todo, el centro laberíntico de Houmt Souk con sus callejones blancos nos hace perder el tiempo deliciosamente; aquí encontramos refugio del sol, que por fin ha salido. Es esta ciudad la que buscábamos, con sus graffitis pintados, con sus puertas de colores, su artesanía auténtica. Entramos en una tienda: me da la impresión de haber retrocedido varias décadas en el tiempo. El propietario nos atiende pacientemente, mientras nos metemos en el fondo del local para elegir algunas toallas de lino. Este tipo de toallas son el souvenir más tradicional que uno se puede llevar, es lo que siguen utilizando en casa la gente de Djerba. El señor nos atiende y nos va explicando los distintos tipos de hilo utilizado, mitad francés, mitad árabe, conseguimos entendernos.
Continuará…
Muy buena información sobre Tunez.
Más ganas aún de conocerlo.
Te va a encantar, ya verás. Disfruta mucho el viaje 🙂
Gracias por tu ayuda..
Hola! Mi pareja y yo realizaremos el viaje a Tunez en septiembre.
Nos recomendarías una agencia o conductor privado para realizar los traslados desde el norte al sur de tunez?
Gracias!
Hola Laura
Mil perdones, no leí tu comentario el año pasado. Supongo que ya habrás ido, pero si te puedo ayudar en algo dímelo. Abrazos y de nuevo disculpa
¡Hola! ¡Muchas gracias por tu blog! Voy a viajar en agosto a Túnez. ¿Sabes si, siendo mujer, me puedo bañar en bikini o bañador en la playa?
¡Muchas gracias!
Hola Paula! Estuve en semana santa y pillamos mal tiempo, habia mujeres en bikini en la piscina, pero el mar estaba muy revuelto y nadie bajó. Entiendo que si que podrás, Túnez es muy turístico, sobre todo en zona de playa. Disfruta mucho!