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Kabale en Uganda

Kabale en Uganda

Seguimos viajando por Uganda y llegamos a un nuevo lugar, Kabale. Muchos y muchas se preguntarán que hacemos en Kabale, y cuál es la razón de llegar hasta aquí. La verdad es que hay algo que nunca se dice cuando el viaje es largo, y es que los viajeros cuando llevamos semanas nos cansamos, y necesitamos un día o dos para recuperarnos y seguir.

En Uganda no es fácil encontrar un sitio donde quedarte, a pesar de que hay lugares preciosos, todos los turísticos son algo caros. Buscando en el mapa y en comentarios de internet llegamos a la conclusión de que pasar un par de noches en Kabale nos va a dar fuerzas renovadas para seguir explorando Africa del Este, y así es

La Suiza de Uganda

Muchos llaman a  Kabale la Suiza de Uganda, donde la altitud sube a 2000 metros y nos olvidamos del calor sofocante que venimos pasando los últimos días. Después de un trayecto en autobús bastante tranquilo, aunque algo largo, como todos los trayectos en bus africanos, llegamos a Kabale.

Nos encontramos un pueblo muy animado, donde la gente nos sonríe y nos da la bienvenida; el pueblo esta ubicado dentro de un valle no muy profundo, pegado a una colina. Es un pueblo con todo tipo de comercios y de hoteles pequeños, con multitud de gente a todas horas por sus calles.

No es un pueblo bonito en si, pero si muy vivo, lo que le otorga un especial atractivo. Ademas, se encuentra lleno de buses de europeos jóvenes que vienen para colaborar en proyectos de voluntariado, así como a numerosos curiosos que como nosotros no quieren perderse la vista del lago.

Un pequeño lago para recorrer: visitando el Lago Bunyonyi

El lago, se encuentra a 9 kilómetros de distancia del pueblo: un pequeño paseo que nos animamos a recorrer. Y el lago, enorme, tranquilo, rodeado de montanas y de vegetación, parece sacado de un cuento de hadas. Ya en el lago, nos encontramos con que uno de los proyectos de participación solidaria esta en la pequeña población que en el lago vive, con niños retrasados que acuden allí a recibir tratamiento. Además del lago y del pueblo, no nos queda nada más por ver, así que nos dirigimos hacia Kampala, la capital de Uganda.

Rose

Cuando empecé a viajar, hacía ya mucho tiempo que quería hacerlo, pero no sabía cómo ni cuándo. Solamente un pequeño empujón hacia Laos, y mi destino estaba claro: mi vida era viajar… con el tiempo, me he dado cuenta de nada te aporta tanto, te enseña tanta humanidad y te otorga tanta comprensión, como el viajar. Cada viaje te acerca a una cultura y personas distintas, pero que al final, son tan humanos como tú. Los viajes son una lección de vida, así que cuando empieces, no volverás a ser la misma persona, no lo olvides…

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