Pueblos del sur de Francia
Pueblos Medievales en Francia
Cuando organizábamos nuestro viaje por los pueblos de la región del valle de Lot llevábamos intención de hacer de Figeac nuestro pueblo base; este pueblo se encuentra en un punto estratégico para poder hacer todas las visitas: Rocamadour, Saint-cirq-Lapopie, Albi, Conques… casi todos los lugares estaban a una distancia aproximada desde allí. Al final y por temas de alojamiento nos bajamos a Villefranche-de-Rouergue, un pueblo que no teníamos pensado visitar y que nos gustó mucho, como os contaremos en otro post. Aun así no dejamos de incluir Figeac en nuestro recorrido, y tengo que decir que no nos defraudó.
Historia de Figeac
Nos tememos que remontar al siglo XI para conocer los orígenes de Figeac; la llegada en el siglo IX de los monjes benedictinos a Conques hizo que a su paso Pipino de Aquitania fundase Figeac dos siglos después, en un intento de independizarse del primer monasterio. Para conseguirlo, los monjes tuvieron que hacer prosperar la ciudad y asegurarse de obtener el prestigio necesario para su completa independencia. Las leyendas también jugaron un papel importante, ya que se dijo que este nuevo monasterio era en realidad más antiguo que el de Conques, incluso una revelación divina puso el nombre de Pipino el Breve como el fundador del monasterio, en lugar de Pipino I de Aquitania.
Figeac y su pasado medieval.
A pesar de que Figeac tiene muchos restos megalíticos importantes no podemos olvidar que la ciudad está unida a su pasado medieval y la creación de abadías en la ruta de los pelegrinos; estas abadías fundaron muchas ciudades que llevaron prosperidad a estas tierras, al convertirse paso de comerciantes para toda Europa. Todavía hoy hay muchos monasterios benedictinos en la zona que es posible visitar. El paso por el medievo de Figeac nos ha dejado un precioso centro histórico que merece nuestra atención.
El siglo XIX traería a Figeac a uno de sus personajes más ilustres, Jean-François Champollion, conocido por todos nosotros por su contribución a los jeroglíficos egipcios. En Figeac encontraremos el Museo Champollion, donde existe una copia gigante de la Pieda Rosetta, y podemos obtener más información sobre el primer traductor de estos jeroglíficos en la historia.
A pesar de la historia y del trazado claramente medieval de la ciudad, Figeac no es una ciudad turística como otras de las que visitaremos, es una ciudad para vivir. Sus antiguas calles y casas perfectamente conservadas combinan perfectamente con la llegada de tiendas y comercios; son muchos los comercios tradicionales que siguen funcionando, y nos muestran la imagen más local y colorista de la zona. De visita obligada es la catedral de Notre-Dame-Du-Puy, una de nuestras favoritas en el viaje.
Iglesia de Notre-Dame-du-Puy.
Es imposible no acercarse hasta Figeac sin divisar la iglesia de Notre-Dame-du-Puy. Construida en la segunda mitad del siglo XIII, la iglesia domina el llamado valle del Célé, en el río Lot. Los siglos posteriores han ido alterando la fisionomía de la iglesia, sobre todo el siglo XVII, cuando las guerras de religión tuvieron uno de sus focos en la ciudad. Aun así, hoy contemplamos una iglesia claramente gótica con elementos románicos que todavía se conservan.
En conclusión, y aunque es verdad que este pueblo no es uno de los pueblos de cuento que la región posee, os recomendamos acercaros por Figeac, y si es posible, hacerlo vuestro punto base. Próxima parada… Saint-Cirq-Lapopie
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