Viaje a Perú
Recinto arqueológico de Ollantaytambo, Perú
Viaje al recinto arqueológico de Ollaytantambo
Las montañas de Pinkuylluna miran desde arriba la antigua ciudad construida en piedra de Ollantaytambo. Desde allí se puede observar la imagen en piedra de Viracocha, el Dios de los Dioses, el supremo y más importante Dios de los Incas; Viracocha fue para los Incas el creador del sol, la luna, el cielo, la tierra… todo. No es extraño por tanto que el emperador Pachacuti colocara la imagen del Dios supremo en la entrada de la ciudad, teniendo en cuenta que él mismo se consideraba algo parecido a un Dios.
Llegamos a Ollantaytambo, un lugar que lo tiene todo, yacimiento arqueológico que vale la pena visitar, a la vez que antiguo poblado inca todavía habitado, todo en uno en un espacio que transmite paz y serenidad.
Dónde está Ollaytantambo en Perú
Estamos en las tierras del río Patakancha, que discurre junto al pueblo antes de unirse al río Willkanuta. A 72 kilómetros de Cusco, y a 2792 metros de altitud, nos encontramos ante esta maravilla de poblado inca.
Los canales de irrigación en Ollantaytambo se suceden del recinto arqueológico hasta el pueblo habitado, que los sigue utilizando a diario en la actualidad.
Pero, ¿De dónde procede la palabra Ollantaytambo?
Nos cuenta la leyenda que el nombre de Ollantaytambo procede de un cacique, Ollanta, el cual se enamoró de una princesa, hija de Pachacútec. Su osadía fue duramente castigada, y Ollanta construyó la ciudad que ahora conocemos. Según el idioma quechua la palabra completa significaría “lugar para mirar hacia abajo”
Recinto arqueológico de Ollantaytambo, Perú, en este lugar vamos a encontrar varias fuentes, seguramente con fines de purificación.
El conjunto arqueológico mencionado destaca su estado de conservación y sobre todo las terrazas de piedra, que se suceden una tras otra por gran parte de la montaña que nos rodea.
Ollantaytambo destaca por algunos componentes que lo hacen único; un aspecto que sorprende al visitante es la facilidad con la que transcurren los antiguos canales de canalización del agua desde el conjunto arqueológico hasta el pueblo habitado, que todavía los utiliza.
Recinto arqueológico en Ollantaytambo, Perú
Accedemos al recinto arqueológico y vemos que por debajo de todas las terrazas las antiguas construcciones se encuentran divididas en cuatro calles longitudinales que se entrecruzan con siete paralelas, de modo simétrico. El perímetro de todo este recinto estaba rodeado de murallas para su protección; solamente el lado de la parte este estaba abierto. Los bloques de granito son enormes en algunos casos, de hasta 2 metros de ancho y más de un metro de grosor; solamente en los lugares donde el dinero abundaba era posible permitirse este lujo.
Algunos de los edificios más interesantes son la fortaleza, aunque su nombre no tiene nada que ver con su uso religioso, y no militar. En realidad, no es una fortaleza, sino un templo que no está terminado; numerosos bloques colocados en el suelo nos hablan de un edificio todavía en construcción, como si hubiera sido abandonado. Existen numerosos episodios en la historia de la región que pudieron dar lugar a que la ciudad estuviera inacabada, como la guerra entre Huáscar y Atahualca por la sucesión, la conquista de Perú por los españoles, o la huida del inca Manco de Ollantaytambo hasta Vilcabamba como retroceso ante los colonizadores. Es algo que nunca sabremos.
Un lugar muy bonito en el recinto es el baño de la ñusta, el lugar que utilizaba para bañarse la esposa del inca.
Las terrazas en Ollaytantambo, Perú
Son muchas y muy extensas las terrazas que cubren las colinas del valle de Urubamba. Las tierras de la región hubieran sido imposibles de utilizar para el cultivo, si no hubiera sido así. Están construidas de piedra cortada, algo que denota que era una zona rica y con recursos. Las terrazas se encuentran distribuidas por toda la montaña siguiendo sus formas, y es que los incas adaptaban sus construcciones a la naturaleza que habitaban. Desde arriba de las terrazas es posible tomar una buena panorámica de todo el recinto.
El Pueblo de Ollantaytambo, Perú
Historia de Ollantaytambo
Corría mediados del siglo XV y los españoles estaban prontos a aparecer en estas tierras; Pachacuti llegaba al valle de Urumbamba para convertirlo en una tierra fértil donde cultivar y donde iba a construir algunos de los edificios más suntuosos que sus coetáneos pudieron ver. Ollantaytambo pasó a ser un lugar lleno de campos de terrazas donde la agricultura progresó, gracias al sistema de irrigación que Pachacuti implantó en el valle, y que permitiría la irrigación en las terrazas construidas para la agricultura. Después de fallecer, fue su tribu, los panaga, los que continuaron con la administración de las tierras del valle.
La llegada de los españoles en estas tierras no fue precisamente lo mejor que les pasó a sus gentes; mientras Cusco ya había sido tomada por los colonizadores, el inca Manco, jefe de la resistencia contra ellos, estableció su base en la ciudad, mientras ideaba cómo vencer a los nuevos visitantes. A pesar de que en el año 1536 el inca derrotó a los españoles cerca de Ollantaytambo inundando las terrazas y frenando su avance, pero Manco no era tonto, y sabía que volverían a por él. Así que borró los rastros de los caminos que desde la ciudad partían a otras partes, como el de Machu Pichu, y dejó la ciudad a merced de los colonizadores. Tendría que ser Hernando Pizarro el que llegara hasta aquí en el 1540 para establecerse definitivamente y pasar así a ser territorio español.
Ollantaytambo, el pueblo con forma de mazorca de maiz.
Estamos ante el único pueblo inca que permanece habitado en la actualidad. Sus construcciones son todas de piedra, y los sistemas de canalización del agua todavía son los mismos que antaño. Son muchas las tradiciones incas que prevalecen en esta pequeña comunidad donde todavía parte de las casas tienen la estructura interna de sus ancestros. No te puedes perder un paseo por sus calles, donde parece que el tiempo no haya transcurrido.
Pueblo de Ollantaytambo, Perú
La distribución del pueblo es geométrica, y sus entradas con dobles dinteles indican que fueron nobles los que aquí habitaron. En el pueblo existe una casa que se puede visitar para ver cómo son el resto: la casa tiene un patio central, alrededor del cual se disponen las habitaciones. Aunque ahora ya no queda nada, en el pasado las paredes estaban cubiertas de arcillas con dibujos y pinturas. La modernidad ha llegado al pueblo en forma de electricidad y agua potable, pero aún así conserva el encanto de un pueblo antiguo.
El centro neurálgico es la Plaza de Armas, alrededor de la cual hay varios bares, cafeterías y tiendas, y donde es agradable sentarse para descansar tras la visita al yacimiento y la ciudad.
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