Lucca en la Toscana
Viajar a la Toscana en Navidad
Lucca, la ciudad de las 130 torres y 100 iglesias
La ciudad de Lucca ha ido abriéndose paso poco a poco dentro de los circuitos turísticos en la región de la Toscana, para mal de los que amamos los lugares vacíos de flashes y de grupos multitudinarios. Sin embargo, todavía es posible visitar esta pequeña ciudad al sur de Pisa y perderse dentro de las calles que conforman su centro histórico. Lucca es considerada una de las ciudades medievales mejor conservadas, y también una de las más bellas. A la sombra de Florencia y Pisa, vecinas en territorio, que han ensombrecido su valor arquitectónico, no hay quien se arrepienta de visitar la pequeña ciudad.
Un poco sobre la historia de Lucca en la Toscana
Poblada desde antes del siglo V a.C, fueros los ligures los que pusieron la primera piedra. De ahí su nombre, que derivó en Luck, y de ahí en Lucca, tal y como la conocemos hoy. Los romanos le dieron las calles y plazas que todavía hoy resisten el paso del tiempo, y trazaron su estructura, para pasar con los años al ducado Lombardo, y posteriormente a manos de los carolingios.
Hoy Lucca nos parece una pequeña ciudad, pero su pasado nos cuenta de la importancia que tuvo, especialmente en los tiempos en que la importación en el Comercio de la Seda era fundamental. La ciudad tuvo tu heroína a manos de Matilde de la Toscana, en el siglo XII, que le dio a la ciudad toscana 500 años de independencia en una región turbulenta y caótica, como nos muestran los libros de historia. Pero llego Napoleón, y las cosas cambiaron y los lugareños pasaron ya a formar parte del Ducado de la Toscana en 1847, y de ahí a la República Italiana que todos hoy conocemos, en 1946.
Lucca en la actualidad
Con el paso de los años Lucca ha aprendido a ser una ciudad autónoma dentro de tanta capital que presume de historia y museos; indiferente a tanta obra de arte en casa de sus vecinos, la ciudad muestra sus tesoros: más de 100 iglesias avalan su poder en el pasado; 130 torres nos enseñan que todavía hay Lucca para rato. Lo mejor es pasearse la ciudad, para no perderse nada, y para descubrir su pasado romano, sus huellas napoleónicas, y los más escondidos recovecos.
Qué ver en Lucca, la Toscana
1. Catedral de San Martín o San Martino. Siglo XI.
Como todos los pueblos de Italia, esta ciudad también tiene su Duomo, en este caso, del siglo XI. El edificio es imponente y merecedor de una visita, sobre todo por su interior, donde un crucifijo llamado “Volvo Santo” se muestra al visitante. Su importancia radica en haber sido tallado por Nicodemo, el cual estuvo en la crucifixión de Jesús, y por tanto se cree que muestra el verdadero rostro original de la cara de Cristo.
También hay un monumento funerario de Llaria del Carreto.
2. Torre y Palacio Guingi.
Nos tenemos que remontar al 1390 para hablar de la familia de banqueros de Lucca, los Guingi. Al igual que en otras ciudades de la región, la construcción de las torres indicaba el grado de poderío de cada familia, y la torre del palacio mide 44 metros de alto. Lo más curioso y diferente de cualquier otra que encontremos es el jardín de encinas que se encuentra arriba. Desde allí podremos tener una bonita vista de la ciudad (la subida de la torre consta de 230 escalones)
4. La calle Fillungo, Lucca
Todas las ciudades tienen su calle principal, y Lucca no podía ser menos. En la calle Fillungo, encontramos comercios, cafeterías, bares, y todo lo que podamos buscar.
5. Plaza del anfiteatro o Plaza del mercado.
¡Si las paredes de esta plaza pudieran hablar! La plaza del anfiteatro debe su nombre a su pasado romano, donde el anfiteatro de la ciudad estuvo situado. Hoy en día, todavía podemos ver algunas muestras de su pasado en las fachadas de algunas casas. Con el tiempo pasó a ser la plaza del mercado, y ahora se encuentra repleta de restaurantes y cafeterías por doquier. Como curiosidad decir que es la única plaza ovalada del mundo.
6. Plaza de Napoleón y el palacio ducal.
Si hay un centro neurálgico en esta población ya lo hemos encontrado. Aquí concurren festivales, representaciones, mercados, etc. Frente al monumento a María Luisa de Borbón, que fue Duquesa de Lucca en el siglo XIX, la plaza se construyó durante la conquista de Napoleón, a quien la Duquesa desbancó y tomó su protagonismo.
Se encuentra construida sobre una antigua fortaleza del siglo XIII.
7. Basílica de San Frediano.
Lo más representativo de esta iglesia lo vamos a encontrar en su fachada de mosaicos, únicamente hay otra parecida en la Toscana. Data del siglo XV.
8. Torre delle ore.
Estamos en la torre más alta de la ciudad. Aunque las vistas merecen subir sus más de 200 escalones, es el reloj de su estructura el que más sensación causa, y que se puede ver según se va subiendo hasta la azotea.
Existen varios horarios de subida, pero en los meses de invierno se encuentra cerrada al público.
9. Iglesia de San Miguel.
Sobre las antiguas ruinas del foro romano encontramos esta bonita iglesia, coronada por la figura del arcángel Miguel Ángel en su fachada principal.
10. Palacio y Jardines Pfanner.
Edificio y jardines pertenecientes a la familia Pfanner, albergaron una fábrica de cerveza en sus territorios. En la actualidad los jardines representan una buena opción para dar un paseo tranquilamente en cualquier momento del año.
11. Casa Museo de Giacomo Puccini.
Lucca puede presumir con razón de ser la patria de uno de los grandes compositores de ópera de la Historia de la Música: Giacomo Puccini.
De familia de músicos, Giacomo nació un 22 de noviembre del 1858, en el día de Santa Cecilia, la patrona de los músicos, en esta casa. Su familia había llegado hasta allí en 1815, y junto su abuela, Angela Cerú, sus padres y hermanos vivirá Giacomo hasta que se mude a Milán con el fin de proseguir sus estudios musicales.
Las hermanas del compositor renunciaron a su parte de la herencia a favor de Giacomo y su otro hermano varón; sin embargo, la falta de recursos hizo que la tuvieran que vender a uno de sus cuñados, aunque antepusieron la cláusula de posible recompra legal en el futuro.
Con el paso de los años, y la mejora económica de Giacomo, la casa pudo ser recomprada por el músico (su hermano ya había fallecido).
La casa pasó a su hijo Antonio y a su nuera, que la donó al ayuntamiento de la ciudad en 1974. Actualmente, exhibe objetos de la vida del músico y compositor y muebles de la época.
12. Las murallas de Lucca
Sin duda alguna, uno de los atractivos de la ciudad. La característica más importante es que nunca han sido derruidos, ni han sufrido ningún tipo de asedio, por lo que se conservan intactos. Solamente una riada en 1812 hizo que se utilizaran con algún fin además del estético que proporcionan.
Los muros poseen 12 metros de alto y 4,2 kilómetros de longitud, y encierran el casco antiguo en toda su totalidad. En el período del Renacimiento fueron terminados, y son considerados una joya arquitectónica de la época.
Las murallas tienen 6 puertas de entradas; dentro hay 3 más, pero que no tienen uso. Un paseo en bici es lo más recomendable para verlas y recorrer el perímetro de la ciudad con tranquilidad.
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