Khajuraho y sus templos con escenas del Kamasutra, y nuestra historia con un conductor colocado en una reserva de tigres…


Desde Varanasi, decidimos ir a Khajuraho, para hacer después otra parada en Jhansi, y desde allí dirigirnos a Agra, fin de la mitad de nuestro viaje.

Trayecto a Khajuraho: de cómo pasamos una reserva de tigres con un conductor colocado que se dormía al volante en mitad de la noche
Viajar a la aventura tiene partes positiva y negativas; positivas que te encuentras con aventuras inesperadas; la parte negativa es que también a veces te toca rezar. Así fue en nuestro caso la aventura de llegar a Khajuraho desde Vanarasi. Aunque habíamos visto que había autobuses que te llevaban haciendo escalas, teníamos que perder varios días, y como no estábamos gastando mucho, y no nos queríamos perder Khajuraho, decidimos contratar un coche con un conductor. En el mismo Vanarasi entramos en una agencia de viajes, que inmediatamente nos puso un conductor y un coche para que llegásemos aquella misma tarde a nuestro destino final.
El señor, muy correcto y amable, inició el viaje con nosotras. Debo decir que el paisaje que vimos aquella tarde todavía permanece en mi memoria, ya que fuimos testigos de la verdadera India; disfrutamos de una zona de arrozales preciosa, hasta la caída del sol.
A punto ya de anochecer paramos para que nuestro chófer descansara un poco. Aquí nos vino el problema, ya que el amigo nos dice que se va a comprar hojas de Betel; el camino se está alargando, va a conducir por la noche, y tiene que aguantar.
Decir que nuestro trayecto fue una auténtica aventura, es decir poco. Habíamos
El paan, como se le llama genéricamente a las hojas de betel en Asia, es una droga blanda bastante utilizada en toda Asia, y que caracteriza porque les deja manchas en los dientes, que termina con el paso del tiempo destruyendo. Es bastante fácil encontrarse tanto hombres como mujeres masticando paan en la India.

Nuestro viaje, a partir de ahí cambió. Dejamos la civilización, y llegamos a la zona del parque natural de Panna, caracterizado por la existencia de tigres en toda el área. En este punto, nuestro guía llevaba un colocón que no tenía nombre, el coche iba de un lado a otro de la carretera; yo iba sentada delante con él, e íbamos sin luces, para no atraer a los tigres. En un momento del viaje, Bea me sugiere que le dé un empujón, lo tire del coche y coja yo el volante. La idea no me convence, ya que nunca había conducido en ese momento con el volante a la izquierda y a saber adónde íbamos. Así que seguimos…

Finalmente, llegamos a Khajuraho a altas horas de la noche, y de allí, buscamos un hostel para dormir y deshacernos del conductor, que estaba empeñado en llevarnos en día siguiente a Jhansi. Por suerte, el propietario de hotel, un chico joven al que de inmediato bautizamos como Xavi (ya que su nombre sonaba parecido), nos ayudó a deshacernos del chófer y se convirtió en nuestro héroe durante los días que estuvimos viendo las ruinas de los templos.
Khajuraho en la India



Kahurajo se caracteriza por poseer una serie de templos desperdigados alrededor de la ciudad, todos ellos esculpidos con escenas del Kamasutra. Y aunque parezca obsceno, la realidad es que ningún templo da esa impresión, y toda la ciudad y zona de los templos es muy bonita. Enfrente del hotel, nos encontramos con la sorpresa de que había una danesa que regentaba un restaurante, y por tanto, podíamos disfrutar de dos placeres que nos eran prohibidos desde hacía días: croissants para desayunar, y pasta para comer!.
Khajuraho, en la India.


Nuestro protector Xavi, resultó tener una prima al lado del hostel que hacía tatuajes de henna, así que allí que nos fuimos, a casa de la prima de Xavi. Aquello fue una de las mejores experiencias del viaje: el poder estar en una casa particular, con su prima y hermanas, y escuchar la historia de su vida, y de cómo viven las mujeres en la India.

Khajuraho es un lugar precioso en la India, no solo por los templos, que son increíbles y tienen muy buen estado de conservación en general, sino también porque pese a ser turístico, no lo es ni de lejos como otros lugares de la India. De hecho, acude mucho turismo indio. Esto nos hizo tener más contacto con sus gentes del que habíamos podido tener en Vanarasi, o en Agra.
Próxima parada, Jhansi, un pueblo mágico…

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