Ya en Jinja, nos dirigimos a ver las míticas Fuentes del Nilo, así como volvemos a ver el Lago Victoria, también conocido como Victoria Nyanza o Ukerewe. El Lago se encuentra situado en la zona centro-oriental de África, rodeado por Uganda, Tanzania y Kenia. Se extiende en un área de 69.482 km² y en su punto de mayor profundidad alcanza los 82 m. Es el segundo lago de agua dulce más grande de la Tierra, después del Lago Superior, de Norteamérica.
Es una de las principales fuentes del río Nilo, que prosigue su curso hasta el lago Alberto, en el tramo superior del río denominado Nilo Blanco.
El afluente más caudaloso del lago Victoria es el río Kagera, localizado al noroeste de Tanzania. Si es considerado parte del cauce del Nilo, su nacimiento sería el punto más alejado del Mediterráneo, siendo el Nilo-Kagera el segundo río más largo del mundo.
El primer europeo en llegar al lago fue el explorador británico John Hanning Speke, siendo quien le puso el nombre de lago Victoria, en homenaje a su reina. Debo añadir, que la azaña de Speke, de encontrar la fuente más importante del nilo (el citado lago), fué empañada por otro explorador, su compañero Richard Burton, que lo puso en dudo y consiguió que no se creyese la palabra de Speke. Tiempo después de la muerte de éste, se vió quién tenía razón, pero para Speke ya tarde, no pudo recibir personalmente el reconocimiento merecido.
Desde principios del siglo XX, el ferry del lago Victoria ha sido un importante medio de transporte entre Uganda, Tanzania y Kenia. Los principales puertos del lago son Kisumu, Mwanza, Bukoba, Entebbe, Port Bell y Jinja.
Hoy en día, el punto que se consideraba las Fuentes del Nilo ha desaparecido por la creación de una presa (que seguro entristece mucho a los ecologistas, no tanto a los ugandeses, que reciben luz gracias a ella), pero se puede visitar, siendo, como no, un lugar ideal para comprar souvenirs y para subir en barca y dar una vuelta por el lago: según lo que apetezca más.
Otra opción que ofrece Jinja, es la posibilidad de hacer rafting en el río, aunque al final, el miedo a los cocodrilos nos puede y decidimos que en España se puede también, y sin cocos.
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