El por qué de las Tapas.
Las tapas es una costumbre española, que no solamente nos gusta a nosotros, sino también a los muchos turistas que llegan a nuestras tierras. A pesar de que todos las tomamos, muy poco sabemos de esta costumbre tan arraigada en nuestra cultura. En efecto, las tapas se vienen sirviendo en los bares españoles más de 700 años. Vamos a ver cómo nacieron.

Imaginaros en el Siglo XIII, bajo el reinado de Alfonso X el Sabio. Por aquél entonces, la población española era mayoritariamente agrícola. Eran gente humilde que trabajaban mañana y tarde, y que descansaban a medio día para tomar algún tentempié. Como el dinero era escaso, pero la sed apremiaba, muchos eran los que no comían, pero sed no pasaban. Después, con dos copas de vino de más, volvían al trabajo, con las consecuencias del alcohol bebido con el estómago vacío.
Quiso el destino, que el rey Alfonso cayese enfermo por aquél entonces. Su médico le prescribió comer pequeñas porciones de comida cada vez que bebiese vino, para aliviar su enfermedad. Como el remedio fue tan exitoso con el rey, éste pensó que sería bueno que el pueblo lo probase. Para ello, dispuso una ley, que obligaba a todas las tabernas castellanas a servir un pequeño tentempié, cada vez que alguien pidiese una copa de vino.
Desde entonces, se viene sirviendo una tapa, si pedimos vino o cerveza. No ocurre lo mismo si pedimos un refresco o bebida sin alcohol. Habrá que fijarnos si realmente se hace así en la práctica.
De dónde procede el nombre de «Tapa».
Nos desplazamos ahora hasta el siglo XIX, en la época de Alfonso XIII. En aquél entonces, se encontraba el rey por tierras de Cádiz, cuando paró a reposar y a comer algo en El Ventorrilo «El Chato», un chiringuito de playa que todavía existe en la actualidad. Como es costumbre en la zona, el rey pidió una copa de Jerez. Quiso la climatología que se levantase un viento fuerte, que trajo consigo la odiada arena que llega cuando estamos cerca del mar. El camarero, al ver a la arena llegar al vaso de su rey, tomó una loncha de jamón serrano curado, y tapó el vaso. Alfonso XIII, sorprendido, le preguntó qué era aquello. El camarero le respondió que aquello era una «tapa», para que no entrase la arena en el vino. Se tomó el rey su vino y su «tapa», y volvió a pedir otro vino y «tapa». Su séquito, le imitó y pidió lo mismo una y otra vez. La historia de la tapa había nacido. Desde entonces, han sido millones los turistas llegados a nuestras tierras en busca de una gastronomía que nos distingue alrededor del mundo.

Alcalá de Henares es famosa por su larga tradición de tapas.
Desde aquí, quiero animar a todos a leer el libro «Madrid Oculto», de Peter Besas y Mark Besas, de Ediciones La Libreria. Es un libro ameno y de donde he sacado la información contada en el post.
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