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Aracataca o Macondo Colombia
Aracataca o Macondo Colombia

Aracataca, la patria de Gabriel García Márquez

 

El pueblo de Macondo en «Cien Años de Soledad»

 

Aracataca o Macondo
Aracataca o Macondo en Cien Años de Soledad

Un corto paseo por las calles de Santa Marta nos llevará a la estación de autobuses de la ciudad. Fuera de los lugares turísticos, nuestros pasos por la ciudad nos mostrarán la verdadera Santa Marta, aquella donde las tiendas se aglutinan unas con otras (es increíble la cantidad de tiendas de todo tipo y de comercios en esta ciudad), cuantos transeúntes hay a todas horas, cuánto tráfico… Santa Marta es una ciudad viva, llena de actividad, y la estación a la que nos dirigimos no podía ser menos.

 

 

Santa Marta en Colombia
Santa Marta en Colombia

 

Nos han dicho que los minibuses de la compañía Berlinave son los que cubren esta ruta; en menos de dos horas, este transporte nos dejaría en nuestro destino. Llegamos a la estación, pero no divisamos a Berlinave; por suerte, todo el mundo parece saber quiénes son y dónde se sitúan; en una callejuela adjunta de la estación, fuera de ella, los encontramos.

 

Aracataca o Macondo de Gabriel García Márquez
Acordeón de Gabriel García Márquez

 

Entramos en la pequeña oficina para comprar el billete: por 14.000 pesos colombianos tenemos la ida; 28.000 ida y vuelta. No tenemos ninguna intención de pasar más allá de unas horas en la patria de Gabo, así que compramos ida y vuelta. Tras una espera de media hora que no llegamos a entender muy bien (y a veces casi mejor no saber), nos dirigimos al lugar donde surgió la magia de Gabriel García Márquez.

 

 

Aracataca o Macondo Colombia
Aracataca o Macondo Colombia

Aracataca es una pequeña población en el departamento de Magdalena. Fundada en el año 1885, debe su nombre al río que la acompaña. La ciudad se encuentra al este de la Ciénaga grande de Santa Marta. La Sierra Nevada de Santa Marta permanece al otro lado de la población.

 

 

Aracataca o Macondo Colombia
Aracataca o Macondo Colombia

Esta población de antaño dedicada al cultivo de la banana no sería diferente de cualquier otra de la región, de no ser por los libros de narrativa mágica que el niño Gabriel García Márquez escribió sobre su lugar de origen, Aracataca. Sería allí donde Gabriel Eligio García, trabajador de la oficina de telégrafos conocería a la mujer de su vida, Luisa Santiaga Márquez Iguarán.

 

Oficina del Telegrafista en Aracataca, Colombia
Oficina del Telegrafista en Aracataca, Colombia

 

Aquella historia prohibida por las diferencias de clase social de la pareja saldría adelante, y el niño Gabo nacería un 6 de marzo del 1927 en la casa materna. Muy pronto los padres de Gabriel se moverían a Barranquilla, al encontrar su padre trabajo como farmacéutico. Sin embargo, Gabo seguiría su infancia con los abuelos. El coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía y Doña Tranquilina Iguarán; junto a ellos pasaría el futuro escritor los primeros nueve años de su vida, aspecto que influiría profundamente en su narrativa en el futuro.

 

 

Aracataca o Macondo Colombia
Aracataca o Macondo Colombia

Nuestra llegada a Aracataca coincide con un día de basto calor; el día de hoy es de esos en los que el calor se te pega al cuerpo, sin dejarte respirar. Lo primero que nos encontramos ya está relacionado con el escritor, y es que el papel que la ciudad ha tenido en los libros de Gabo es inmenso, sin contar con su clara referencia en “Cien años de soledad”.

 

Aracataca o Macondo Colombia
Aracataca o Macondo Colombia

Llegamos a las vías de tren, donde la estación permanece vacía. Casi es posible imaginarse a Aureliano Triste llegando en un tren amarillo a Macondo, un día como hoy, sin gente por las calles, sin tránsito. Poco a poco, vamos llegando a la casa donde vivió nuestro escritor. Después de comprar la entrada en la caseta destinada para ello una chica se ofrece para explicarnos el interior, nos comenta que está haciendo prácticas no subvencionadas, luego le podremos dar la voluntad. Decidimos decirle que sí, para así saber más sobre el pueblo al que muchas lecturas nos ha llevado.

 

Cartagena de Indias, Colombia
Carteles en Aracataca, la patria de Gabriel García Márquez

La casa de los Buendía es amplia, con mucha sombra, con espacios donde pasar las horas de calor. La posición holgada de los abuelos de Gabriel se nota desde el principio, es una casa cómoda para vivir, incluso ahora, después de casi un siglo.

 

Aracataca o Macondo Colombia
Aracataca o Macondo Colombia

 

Nuestra guía improvisada nos va explicando muchas cosas: ya sabíamos que el abuelo de Gabriel fue de gran influencia en sus libros, sobre todo en “Cien años de soledad”; ahora descubrimos su despacho, donde encontramos el diccionario utilizado por el coronel Márquez con su nieto escritor. Los que hayan leído el libro “Vivir para contarla” recordarán cómo Gabriel García Márquez describía estos momentos junto al coronel; como el diccionario “era el único que nunca se equivoca”…

 

Aracataca o Macondo Colombia
Habitación donde nació Gabriel García Márquez

 

Aracataca o Macondo Colombia
Foto de Gabo en la casa

 

También en la sala de visitas nos detendremos, para imaginarnos a los amigos del coronel Márquez: Benjamín Herrera, Rafael Uribe, serían algunos de los visitantes de la casa.

 

Aracataca o Macondo Colombia
Cocina- Despensa de la casa de los abuelos de Gabo

José Arcadio Buendía, el patriarca de la familia, sería el personaje del libro dedicado a su abuelo, al igual que Tranquilina quedaría reflejada en Úrsula Iguarán, siempre pendiente de las locuras y desvaríos de su marido. Son varias las habitaciones de la casa, y en cada una descubrimos más parte de la novela: como los pececitos de colores que casi dejan sin dinero a los Buendía; las mariposas amarillas, que preceden a Mauricio Babilona a su llegada a la casa.

 

Aracataca o Macondo Colombia
Taller del coronel Márquez

Nos detenemos ante la que fue la cuna de Gabo. También encontraremos el salón donde se reunían las mujeres para hablar, mientras los hombres se reunían en otro espacio. En aquellos tiempos las mujeres se reunían en su propio espacio, que abarcaba hasta el corredor de las begonias, mientas los hombres tenían su privacidad. Era el niño Gabriel el único que podía corretear de un espacio a otro, teniendo siempre vía libre para narrar en ambas direcciones los cotilleos de los otros…

 

 

Aracataca o Macondo Colombia
Comedor de la familia


Aracataca o Macondo Colombia
En la esquina del corredor…

En la parte posterior encontramos un árbol, pero no es solo un árbol. Aquí tenemos a José Arcadio, el cual sigue atado, pese a que alguien nos dijo que ya no estaba entre nosotros, no es así. De hecho, nos podemos incluso fotografiar junto a él.

 

 

Aracataca o Macondo Colombia
Aracataca o Macondo Colombia

 

Terminamos la visita y nos da la impresión de que terminamos un libro, una historia que nos acompaña muchos años, quizás no cien, pero si mucho tiempo. Las memorias y recuerdos de los Buendía nos persiguen desde hace tiempo, como todos los libros de Gabo.

 

Aracataca o Macondo Colombia
Corredor de las begonias

 

Aracataca o Macondo Colombia
Rincones de la casa del coronel

 

No nos podemos ir sin visitar la casa del Telegrafista, aunque está cerrada hoy, la queremos ver. Aquí empezaría la historia de los padres del escritor. Damos otra vuelta por el pueblo hasta dirigirnos a la oficina de los minibuses. La literatura ha vuelto famosa a Aracataca, la Macondo que muchos queremos conocer. Hace un tiempo hubo un referéndum para decidir si se cambiaba el nombre y el pueblo de ficción se volvía real. El pueblo decidió que no. Bien por ellos…

 

Aracataca o Macondo Colombia
Aracataca o Macondo Colombia
Aracataca o Macondo Colombia
Aracataca o Macondo en Colombia

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Rose

Cuando empecé a viajar, hacía ya mucho tiempo que quería hacerlo, pero no sabía cómo ni cuándo. Solamente un pequeño empujón hacia Laos, y mi destino estaba claro: mi vida era viajar… con el tiempo, me he dado cuenta de nada te aporta tanto, te enseña tanta humanidad y te otorga tanta comprensión, como el viajar. Cada viaje te acerca a una cultura y personas distintas, pero que al final, son tan humanos como tú. Los viajes son una lección de vida, así que cuando empieces, no volverás a ser la misma persona, no lo olvides…

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