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El Museo de Historia Natural en Londres.

Mi visita a Londres me ha hecho recordar a uno de mis compañeros de viaje durante el pasado, Alfonso, y su visita al Círculo Polar que me contó una de los interminables días de autobús por la China del Sur.
La visita al Museo de Historia Natural de Londres me ha hecho recordar a Alfonso, mi compañero de interminables días de autobús por la China del Sur el verano pasado, y su historia acerca de la expedición al Círculo Polar tiempo atrás. Me contaba Alfonso que cuando llegas a un pueblo tienes primero que ir al ayuntamiento, donde te dan las instrucciones necesarias por si divisas un oso polar y un rifle. Si por la noche el oso polar no llega a ninguno de los dos círculos de fuego que se hace alrededor de cualquier campamento puedes usarlo. Si pasa el primer círculo, da igual que lo utilices: estás muerto. De todo esto me he acordado viendo la maqueta del oso polar. Visto así no me extraña ya tanto la historia de mi amigo.
El Museo me ha sorprendido bastante más de lo que pensaba. Aunque es cierto que tiene mucho contenido educativo orientado al público infantil, también hay cosas curiosas y realmente sorprendentes para los no tan jóvenes. El mundo de los dinosaurios, pese a estar lleno de niños es muy curioso de ver. La llegada a la sala de minerales me ha hecho recordar lo mucho que me gustaban a mis 14 añitos. Debo decir que es inmensa. La parte dedicada a los chimpancés y monos y su comparativa dental con los humanos… para qué voy a decir que me ha parecido lo mejor… más tarde vendrían cosas tan curiosas como los mínimos signos que los orangutanes pueden dibujar, o los significados de sus sonidos, o las especies en extinción y las áreas donde habitan. Después de una tarde de sábado estudiándome todos los parques naturales de Indonesia y Malasia, ¿para qué voy a contar lo que me ha gustado ver más monos? (con lo monos que son).
En conclusión, el museo bien merece una visita. Incluso su arquitectura la merece. Del resto del día decir que cualquier día soleado londinense siempre me va a gustar más que uno en Cambridge… No tiene color la capital del reino con cualquier otra población, por bonita que sea, el Támesis y su ciudad son incomparables…
Rose

Cuando empecé a viajar, hacía ya mucho tiempo que quería hacerlo, pero no sabía cómo ni cuándo. Solamente un pequeño empujón hacia Laos, y mi destino estaba claro: mi vida era viajar… con el tiempo, me he dado cuenta de nada te aporta tanto, te enseña tanta humanidad y te otorga tanta comprensión, como el viajar. Cada viaje te acerca a una cultura y personas distintas, pero que al final, son tan humanos como tú. Los viajes son una lección de vida, así que cuando empieces, no volverás a ser la misma persona, no lo olvides…

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