• Menu
  • Menu
Rantepao, Sulawesi

Rantepao y los campos de arroz.

Rantepao: segundo día: Hoy, salimos más concienciados de que en esta tribu están todos locos y no nos debe sorprender que se mate a un gallo o que se atropelle a una vaca si hace falta. Es normal. Pero hoy el día es más tranquilo que ayer. Las hermosas vistas de los campos de arroz consiguen mostrarnos el por qué para la mayoría de gente que incluye Sulawesi en su paso por Indonesia cita esta zona como lo mejor. El paisaje es impresionante. SI alguien ha estado en Lingsen en China, o en Banaue en Filipinas, sabe de que estoy hablando. Los paisajes, son similares, solo que Toraja es una zona menos montañosa que los anteriormente citados. Por lo demás, los poblados van pasando ante nuestra vista, mientras visitamos los distintos lugares donde entierran a sus muertos. Las formaciones rocosas suelen ser sus preferidas para dar cobijo a sus muertos. Aunque el culto a los muertos es brutal, también hay muchos huesos esparcidos, que nuestro guía me explica se debe a que son restos tan antiguos, que nadie sabe a quien pertenecen. En uno de los poblados, vemos también monolitos, similares a los obeliscos egipcios. El guía nos explica que estos denotan linaje también. Además algunos llevan un árbol atado… dudamos que sea para algún fin diferente de intentan enderezar el árbol, aquí no nos valen historias de muertos. Pero lo realmente divertido es la historia de Yatim, nuestro guía. Yatim es un pequeño personaje con la calva brillante y melena al viento, que consigue quitarme cualquier posible complejo referente a la altura corporal. Yatim tiene también la desgracia de tener cierta malformación en sus piernas, que le hace caminar de un modo pelicular. No obstante, Yatim es un tío simpatico, caballeroso a mas no poder, prudente, sensato y en quien se puede confiar. Nuestro guía nos cuenta que pertenece a una alta casta, que hace que el encontrar a una chica que sus padres acepten, es difícil entre los Toraja. Hace anos, tuvo una novia, pero sus padres no la aceptaron por no pertenecer a su casta, y la tuvo que dejar. A nosotros nos sorprende el mal ojo de su madre, que en lugar de estar agradecida a la susodicha, la echó de su casa y le dijo que no era buena para su hijo.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
Rose

Cuando empecé a viajar, hacía ya mucho tiempo que quería hacerlo, pero no sabía cómo ni cuándo. Solamente un pequeño empujón hacia Laos, y mi destino estaba claro: mi vida era viajar… con el tiempo, me he dado cuenta de nada te aporta tanto, te enseña tanta humanidad y te otorga tanta comprensión, como el viajar. Cada viaje te acerca a una cultura y personas distintas, pero que al final, son tan humanos como tú. Los viajes son una lección de vida, así que cuando empieces, no volverás a ser la misma persona, no lo olvides…

View stories

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Instagram
WhatsApp